Dicen que la mejor defensa es un ataque, esa es la estrategia que ha utilizado Florentino Pérez en la presentación oficial de Lopetegui como entrenador del Real Madrid, ante un público entregado a la causa.
Poner cara de no haber roto un plato y sentirse víctima de una “campaña” en contra del equipo blanco lo ha hecho genial. Lo mismo que pedir a la afición madridista que deben estar juntos contra los que buscan desprestigiar la imagen del club. Añadió, entre aplausos, que hay una corriente que pretende dañar la imagen del club, en una de sus mejores épocas.
Lo que se le ha olvidado decir Florentino es que no ha sido capaz de encontrar entrenador europeo para ficharlo, ¿por qué será?
La “campaña” que dice Florentino no es contra el club que él preside, sino contra su presidente por la jugada sucia que ha hecho a la selección Española, a su afición y al mundo del fútbol. La ética no se guarda en el bolsillo y se saca cuando a uno le interesa: no es de quita y pon. Es una de las premisas que debe guiar la conducta de los dirigentes de los equipos de fútbol.
Jugar sucio dentro del terreno de juego está sancionado, hacerlo fuera del mismo, por parte de los directivos, también debería estarlo.
El presidente blanco se despachó a gusto contra el presidente de la Federación Española de Fútbol, Rubiales, al acusarle de no haber dicho la verdad sobre el fichaje, porque él se lo había comunicado con antelación. Negó también que esta situación pueda afectar a los jugadores de la roja.
Por su parte Julen Lopetegui, en su discurso de bienvenida manifestó que el día de su cese había sido el más triste de su vida después de la muerte de su madre y que “hoy” es el más alegre de mi vida. Lopetegui parece ser que pasa de la tristeza a la alegría en una actitud emocionalmente bipolar.
La operación Florentino ya ha sido ejecutada, sin importarles el daño y el malestar que ha generado. Ahora viene la segunda parte, porque Florentino echará la caballería contra Rubiales, lo puede hacer, otra cosa es que lo consiga.
Lopetegui ha recibido de manos de Florentino, la camiseta blanca que lleva su nombre en el dorsal de la misma, debería regalarle también un casco y unos tapones, porque el recibimiento que va a tenerr en los campos de España, va a ser de campeonato.
Gérard Pique ya ha encontrado sustituto en eso de los insultos y las descalificaciones, estará contento el jugador azulgrana.
Arículo original publicado en Catalunyapress.es.
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