El alcalde de Viladecans cambia a Ciudadanos por ERC
Llega el final de la legislatura y hay que marcar territorio y apoyos para proyecto, aunque sean bajo mano. No interesa que se conozcan.
Lo venimos diciendo los que formamos parte de la Colla del Mamut -por cierto, todos Licenciados en Ciencias de la Información o Ciencias de la Comunicación-, que el pleno del Ayuntamiento de Viladecans, da mucho de sí, si estás atento, lees entre líneas, investigas los temas y no te tragas todo lo que allí se dice, sino que lo analizas y observas lo que hay detrás. Se pueden sorprender de las cosas que se hacen y no se explican. Pero ese el trabajo de los periodistas, de hacer de mosca cojonera. La gran mayoría de la oposición no se enteran de lo que realmente aprueban.
Es muy cómodo, para los regidores de la oposición mirar los papeles por encima - otros ni siquiera hacen ese esfuerzo- e ir al pleno, presentar mociones, el 80% no tiene nada que ver con su función municipal, sueltan su parrafada, votan a favor de propuestas que no benefician a la ciudadanía y cobran a final de mes por asistencia a plenos y comisiones. Los hay que trabajan, y otros que no pegan ni sello. Del equipo de gobierno también.
Llega el final de la legislatura y hay que marcar territorio y apoyos para proyecto, aunque sean bajo mano. No interesa que se conozcan.
Si al principio de legislatura, el PSC, y Carles Ruiz como alcalde hacían buenas migas, y más de un guiño de complicidad, con Ciudadanos y sobre todo con su portavoz, Carolina Torres, a la que le han dedicado más de un alago e incluso se llegó hablar de que Ciudadanos podría entrar en el gobierno y así quitarse de encima a los de ICV, desde que Pedro Sánchez fue elegido presidente del gobierno y las relaciones del PSOE con Ciudadanos no son buenas, sino todo lo contrario, las cosas han cambiado también en Viladecans. Tanto que, hasta Carles Ruiz, le ha pegado algún corte a, Carolina Torres, en el pleno. Ya no hay complicidad, ni cortesía.
El PSC ha cambiado a Ciudadanos por ERC, cuya complicidad es más que evidente, desde hace ya algunos unos meses, aunque traten de disimularlo. Son las complicidades del PSOE con ERC, que se han traslado también a Viladecans. ¿Puede cambiar? Si las relaciones entre los dos partidos a nivel nacional se rompen, esa situación se traslada también al ámbito local.
Siempre se ha dicho que la política hace extraños compañeros de cama y Viladecans no es una excepción.
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