El escándalo que se ha montado ha sido descomunal, más o menos como el ocurrido en el Congreso de los Diputados cuando Irene Montero les ha acusado a los del PP de “promover la cultura de la violación”.No es la primera vez que este individuo con cargo institucional padece incontinencia verbal, y atesora una lista de actuaciones estelares que denigran a las instituciones y a la política, sin que el PP le haya parado los pies, que es lo mismo que romper el gobierno y darle una patada en el trasero - eso sí, con cuidado porque siente devoción por montar a caballo- y que se vuelva al bufete de abogados de su familia, que por cierto es conocido por defender en bastantes ocasiones a la familia Ruiz Mateo.Pero la joya de la corona del gobierno de Castilla y León la tiene tomada con el procurador de Unidas Podemos Juan Fernández, como ha quedado patente una vez más en la sesión de este miércoles, en la que el político de Podemos, en su intervención, ha acusado a vicepresidente - después de no rectificar- de “profesar la ideología fascista”.