Iniciada la demolición del edificio El Barco de Esplugues
El desalojo, que tuvo lugar el pasado 25 de marzo, se ejecutó con rapidez para evitar cualquier peligro para los vecinos
El edificio conocido como "El Barco", situado en Esplugues de Llobregat, ha comenzado a ser derribado tras el desalojo urgente de las 38 familias que lo habitaban. La medida se tomó después de que un informe técnico externo, encargado por el Ayuntamiento, revelara graves daños estructurales que ponían en riesgo la seguridad de los residentes.
El desalojo, que tuvo lugar el pasado 25 de marzo, se ejecutó con rapidez para evitar cualquier peligro para los vecinos. La alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, firmó el decreto de cese de habitabilidad tras recibir el informe que declaraba el edificio en estado de ruina. "No podíamos correr ningún riesgo, la seguridad de los vecinos era la prioridad", afirmó Eduard Sanz, primer teniente de alcalde.
El desalojo se produjo poco después de la caída de un falso techo en uno de los pisos, un incidente que llevó al Ayuntamiento a acelerar el proceso de reubicación de los inquilinos. Aunque el edificio ya había sido expropiado por el consistorio, las familias afectadas se mostraron sorprendidas por la rapidez de la decisión. La situación se tornó más complicada para algunas familias, que no sabían a dónde ir, especialmente aquellas que tenían a todos sus miembros viviendo en el edificio.
El proceso de demolición ha comenzado este mes de agosto, tras haberse asegurado de que todas las familias fueran realojadas temporalmente. Sin embargo, algunas de ellas aún expresan su preocupación por la falta de soluciones habitacionales permanentes. El Ayuntamiento, que se convirtió en propietario del inmueble hace un año, activó un plan de emergencia para atender a las familias, incluyendo apoyo psicológico y ayudas económicas.
El inicio del derribo de "El Barco" también ha generado controversia en la comunidad local y entre los partidos políticos. La oposición, encabezada por ERC ya criticó en su día la decisión, y ante el inicio de la demolición han cuestionado el modelo urbanístico en un momento que hacen falta soluciones habitacionales. Vecinos afectados han expresado su frustración por la falta de información y apoyo, criticando lo que consideran una gestión ineficaz del proceso de reubicación.
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