El CEO de Seat advierte que la empresa con sede en Martorell está en riesgo
Wayne Griffiths ha lanzado una advertencia sobre los riesgos que afectan tanto a la compañía como al futuro de la planta de Martorell
La industria automotriz en Martorell se enfrenta a una crisis que podría afectar no solo la producción, sino también miles de empleos. Wayne Griffiths, CEO de SEAT y Cupra, ha lanzado una advertencia sobre los riesgos que afectan tanto a la compañía como al futuro de la planta de Martorell, señalando la baja demanda de coches eléctricos y la falta de apoyo público como principales factores que comprometen el sector en la región.
"Estamos haciendo los deberes", afirmó Griffiths, destacando que SEAT ha invertido más de 3.000 millones de euros en instalaciones y desarrollo de nuevos vehículos eléctricos como el CUPRA Born, el Tavascan y el CUPRA Raval, que llegará en 2026. Sin embargo, advirtió que esta apuesta corre peligro debido a la falta de políticas efectivas que incentiven la electromovilidad en España. A diferencia de otros países europeos donde el 13% de las ventas son de coches eléctricos, en España esta cifra apenas llega al 5%. Griffiths lamentó la ausencia de medidas que faciliten el acceso a infraestructuras de carga y de incentivos fiscales, esenciales para popularizar el coche eléctrico en el país.
Además, el directivo criticó decisiones recientes de las autoridades europeas, como la imposición de aranceles al CUPRA Tavascan, que considera un freno para la industria. Esta medida podría derivar en una reducción de la producción en Martorell, al amenazar la capacidad de SEAT de cumplir con los objetivos de reducción de CO2, lo que expondría a la empresa a multas inasumibles y a la posible necesidad de recortar hasta un 25% de la producción de vehículos de combustión en la planta.
Griffiths subrayó que, aunque SEAT sigue apostando firmemente por la electromovilidad, la falta de una política clara de acceso a energías renovables a precio competitivo y el creciente absentismo, que ha aumentado un 40% desde 2018, comprometen la competitividad de la compañía.
Todos estos problemas, advirtió, afectan la estabilidad financiera y ponen en riesgo empleos locales. Con una industria que representa el 10% del PIB nacional y sostiene más de dos millones de empleos, Griffiths recalcó que "necesitamos soluciones ya".
El futuro de la planta de Martorell depende, en gran medida, de que las autoridades españolas y europeas actúen rápidamente para implementar políticas que fortalezcan la industria automovilística en esta era de transición hacia la electromovilidad.
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