Siempre se cree que está todo visto, pero la realidad del día a día demuestra que todo puede suceder y la práctica es diferente a la teoría. La semana pasada se rompía el gobierno bipartito de la Generalitat de Catalunya porque su presidente Pere Aragonès dio un “puñetazo” en la mesa, destituyó a un conseller de su socio, Junts, y a partir de ahí ya conocen lo sucedido: consulta a las bases de los posconvergentes, que dio como resultado salir del gobierno. Eso sucedió el pasado viernes causando una convulsión en la política catalana. Las especulaciones se fueron sucediendo: declaraciones de unos y otros en todos los sentidos. El presidente Aragonés, que hasta ahora había actuado “correctamente”, dando la sensación de que tenía controlada la situación, se pasó el fin de semana en el Palau de la Generalitat hablando con bastantes personas para tener listo las nuevas incorporaciones al gobierno y cubrir las plazas dejadas por Junts lo más rápidamente posible.
La lista de los nuevos consellers se conocía este domingo por la noche, todo un récord en tener un nuevo gobierno. La sorpresa vino cuando se revelaron los nombres de los elegidos, que no eran militantes de ERC. Según afirmaba el presidente de la Generalitat, las tres nuevas incorporaciones, “sin carnet político”, junto al resto de consellers, darán a Catalunya “un Govern de país. Un Govern para Cataluña entera, que representará los consensos del 80% de la ciudadanía”. Si se tiene en cuenta la reacción de algunas de las formaciones políticas a las que puede “representar” los consellers no republicanos, hay algo que no cuadra. La primera persona en manifestarse, vía tuit, fue Jessica Albiach, que afirmaba que el nuevo gobierno nace muerto. Mientras los socialistas callaban hasta hoy lunes. A los de Junts no les ha gustado, como era de esperar.
Pero la pregunta es ¿Nadal, Campuzano y Ubasart, ¿representan a alguien? ¿Teniendo en cuenta que todos son ex, y que no tienen a nadie detrás que les de apoyo? ¿La incorporación de estos tres ex suman al 80% de representación del país? Pues me parece que no, que Aragonès se ha equivocado. Quizás ha querido tener la complicidad de dos partidos: Comunes y socialistas. y eso no parece que no va a ser así. Los comunes para darle su apoyo hubieran querido entrar en el Govern, o al menos consensuar “al independiente”, porque Ubasart proviene de Podemos, se “marchó” poniendo de vuelta y media a su mentor, Pablo Iglesias, y tampoco representa al espacio que lidera Ada Colau. Los socialistas han tirado balones fuera cuando les preguntan por el “fichaje” de Quim Nadal que ha pasado casi toda su vida política en el PSC. En cuanto a Carles Campuzano, sus antiguos compañeros no se han pronunciado públicamente, en privado lo tratan de vendido.
Si los tres “independientes” que representan - ¿a quién?- no han sido consensuados, ¿qué es lo que se oculta detrás de la decisión de Aragonés? ¿Espera el presidente que los socialistas le apoye en determinadas propuestas como moneda de cambio de los republicanos al gobierno del PSOE? ¿Pasan de los comunes? ¿Cómo piensa gobernar teniendo en cuenta que dispone de 33 diputados y siete grupos en la oposición? Posiblemente este gobierno de no consenso pueda sobrevivir hasta pasadas las elecciones municipales y después, Aragonés tendrá que convocar nuevos comicios.
En todo este proceso, algo no encaja, Aragonés tonto no es y eso de tirarse a la pisciana sin flotador, no creo que lo haga. ¿Dónde está el salvavidas de los vigilantes para sacarlo del agua? Seguro que lo hay, el problema es la sensación que en estos momentos tiene la ciudadanía sobre lo más inmediato que es el presente, tan complicado por las crisis de todo tipo.
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