Este fin de semana, ERC celebraba su congreso. Como era previsible, el tándem de Oriol Junqueras como presidente y Marta Rovira como secretaria general de la formación, han ratificado sus cargos con el 87% de los votos y una participación del 50,20%, es decir, 4.309 votantes de los cuales les han votado 3.747. Lo que quiere decir que los dos estarán cuatro años más al frente del partido del que no se han apeado desde el 2011, en el que fueron elegidos para dirigirlo. Cuando acaben su mandato, en el 2026, habrán estado 15 años al frente del mismo, tras cambiar los estatutos donde se limitaba a 12 años. Pere Aragonès repite como coordinador nacional.
En cualquier partido, el máximo responsable del mismo siempre ha sido el candidato a las elecciones autonómicas, o generales. En este caso no está siendo así, a no ser que en las próximas Junqueras quiera realizar su sueño de encabezar la candidatura con aspiraciones a presidir la Generalitat de Catalunya, que todo podría ser. Ahora bien, flaco favor le está haciendo a su compañero y actual presidente, Pere Aragonès, por mucho que venda la historia de que el modelo actual de los republicanos sea equivalente al PNV, donde el liderazgo institucional y el de partido están divididos, cosa que no había ocurrido hasta ahora en ERC.
¿Pero qué es el cargo de coordinador de Pere Aragonés en la ejecutiva? Un coordinador dice que es quien organiza un trabajo, operación o estrategia para alcanzar un objetivo. Es el facilitador de acciones que a partir de los objetivos marcados elabora la estrategia para conseguirlos. ¿Ese es el trabajo que le han renovado a Aragonés?, En teoría si, en la práctica ya bastante tiene con ser presidente de Catalunya. Ya lo decía el “padre” político de buena parte de ellos, Carod Rovira, que “una cosa es el asambleísmo de opinión y otra es el asambleísmo de decisión”, de eso sabe mucho Junqueras.
Generalmente, las personas no suelen asumir las consecuencias de sus acciones, lo que les lleva siempre a ser la “víctimas” de los demás. Lo decía el librepensador norteamericano Robert Green: “En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias”, que la mayoría de los humanos pasan de ellas.
Junqueras, Rovira y otros tomaron una serie de decisiones, perdieron y deben asumirlo, les guste o no. El fracaso de sus acciones los debe llevar a dar un paso al lado y marcharse a sus casas para dejar paso a otros . Lo han de hacer por el bien del país y de su propio partido. La bicefalia Junqueras - Aragonés no le beneficia a este último, es decir, al presidente de Catalunya. Junqueras ha tenido su tiempo y ha perdido la apuesta, lo sabía y ahora toca dedicarse a otras cosas que no son precisamente las de elegir consellers, cargos, negociar y dejar en la sombra al presidente de la Generalitat. Es una manera de respetar la institución que tanto está costando devolverle su prestigio después de los Puigdemont y Torra.
Se ha de abrir una nueva etapa y, como algunos tienen la política- entre otras cosas- como un juego, cuando se pierde hay que marcharse. Alguien dijo que. “Es más sabio el que se atiene de antemano a las propias consecuencias de sus acciones, que el que se lamenta cuando las sufre” y no le faltaba razón porque la vida es un cúmulo de etapas en las que mayoritariamente se pierde, y hay que aceptarlo con una sonrisa aunque por dentro no sea así.
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