En su día, Churchill dijo que “la democracia es el menos malo de los sistemas políticos”. Traducido a un lenguaje más práctico, como era el utilizado por el estadista británico en su modo de actuar, es que la democracia necesita inclinarse de vez en cuando ante la opinión de los demás. Tenía la certeza de que los hombres de su tiempo querían ser más importantes que útiles.
En política, en la actualidad más aún, los políticos quieren ser eso que pensaba Churchill. Aunque la utilidad que no se da a los demás sí que se aplica a ellos mismos.
Estos días, el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, ha vuelto a ser noticia - nunca deja de serlo- al ser “cazado” por la Guardia Civil cuando circulaba a más de 215 kilómetros por hora por una autopista cuando se dirigía a Madrid, en un coche oficial conducido por el mismo. La noticia ha corrido como la pólvora y algunos partidos políticos de Ourense han pedido ya su dimisión, cosa que no hará y menos a un mes de las elecciones municipales, donde aspira a seguir al frente de la institución provincial que tanto dinero tiene para “repartir”.
Manuel Baltar, sucesor democrático gracias a las “urnas “ y al poderío de su padre, que ha estado durante muchos años al frente de la Diputación que más clientelismo ha generado y que sigue con Baltar hijo- eso sí, con menos gracia y empatía que su padre- ha dejado patente que las leyes están hechas para que las cumplan los demás, no el, que para eso es el rey de la provincia de Ourense, o como diría un amigo, es el cacique que tanto ha dado y sigue dando que hablar por su falta de ética, quizás heredada también.
Vamos a recordar algunas de las frases , que en su día dijo con esa gracia que caracteriza a Baltar padre. En 2007 : “Mi caciquismo parece rancio, pero el del PSOE y el BNG es peor”. Otra de sus declaraciones que no deja a nadie indiferente es: “Ya todo el mundo sabe que soy un cacique, pero a mí me siguen votando y a ellos no”. Unas palabras que definen muy bien al patriarca. Decía Castelao que “los caciques son parásitos de un sistema de pura apariencia democrática”.
Ourense es tierra de gente emprendedora, creativa, con grandes personajes en todos los campos: Desde Vicente Risco, El Padre Feijóo, Curros Enríquez, Otero Pedrayo, Celso Emilio Ferreiro, hasta empresarios como Eulogio Franqueira, Vázquez Raña, diseñadores, economistas y una larga lista.
Ahora, entre Baltar en la Diputación y Jácome al frente de la alcaldía de Ourense, muchos ourensanos de dentro y fuera se sienten avergonzados por lo que está pasando con estos dos políticos. Una situación deplorable protagonizada por los dos personajes que están dejando perplejos a la ciudadanía por su presencia constante en los medios de comunicación como servidores públicos - es mucho decir- que están degradando a las instituciones que representan.
A Baltar ya le ha sido notificada que se han abierto “diligencias policiales para investigar un supuesto delito contra la seguridad viaria por exceso de velocidad”. Pero igual Baltar piensa que a él le puede suceder aquello que dice un refrán popular: “La ley se aplica al enemigo; al amigo, el favor”.
El tema del actual alcalde, Jácome, se puede solucionar el 28 de mayo. En el caso de Baltar pese al gran poder que ostenta en la provincia, feudo indiscutible del PP, las cosas no están tan claras. Porque dimitir, no lo va a hacer, y el PP de Galicia se encuentra con las manos atadas en este tema
Sea como sea, la verdad es que Ourense no se merece tener ni a Jácome ni a Baltar al frente del Ayuntamiento ni de la Diputación respectivamente. Los escándalos son sus mejores tarjetas de presentación, por desgracia.
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