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Bildu rectifica y los exetarras no recogerán sus actas

Carmen P. Flores
Directora de Pressdigital

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Arnaldo Otegui @ep

 

Estos días la política española anda más revuelta de lo habitual, que ya es mucho decir. La zozobra se debe a que Bildu ha incluido en sus listas para las elecciones municipales del 28-M a 44 exmilitantes de ETA, 7 de ellos con delitos de sangre. Una decisión que ha provocado un gran debate en parte de la intelectualidad vasca, expertos en fenómenos terroristas, así como en las víctimas de la banda, sin olvidar al PP que ha encontrado una baza para utilizarla en plena campaña electoral como arma arrojadiza. Acaba de coger la presa con la boca y no piensa dejarla hasta que pasen los comicios.


He de confesar que como a la inmensa mayoría de la gente no me gusta ETA, ni sus fechorías y asesinatos. Tampoco comparto que sean incluidas estas personas en las listas de Bildu: no lo acepto por lo que significa para las víctimas y los familiares de los asesinados. Ahora bien, utilizar electoralmente las listas, cuando Otegui, en rueda de prensa, anunciaba que los exetarras habían decidido no recoger sus actas de concejales, tampoco es muy honesto, sensato, ni ético. A las personas asesinadas hay que dejarlas descansar en paz y no deben ser elemento de disputa para echarlo en cara y llevarlo como el mejor producto electoral.


El rechazo de algunos partidos políticos y de miembros del Gobierno ha sido importante. Dicho lo cual, ahora no toca ETA, toca hablar de los temas reales que afecten a la ciudadanía: de lo que van hacer los nuevos consistorios, o los gobiernos autonómicos que también celebran comicios, las medidas para proteger a las personas más vulnerables, los impuestos y una larga lista.


La presencia de los exetarras que han cumplido sus condenas, que ya no están inhabilitados y forman parte de una candidatura, es legal, otra cosa bien distinta es que pueda gustar por lo que significa y por el dolor que causa una vez más a las víctimas. Considerando eso, la utilización política del drama del terrorismo no debería explotarse y servir de confrontación


Cuando ETA, después de muchos años de negociación con todos los gobiernos, incluidos los del PP, decidió dejar las armas e integrarse en el sistema democrático, cambió las armas, los asesinatos y los atentados por escaños en el Congreso y asientos en otras instituciones. Se "integraron” en el engranaje democrático. Se pasó página, es lo mejor que había ocurrido en muchos años: la paz por fin había llegado. Se entendió que se había cambiado de capítulo y que se debían reinsertar en la vida social y política, ¿no? Ahora, una vez conocido que ha sido un error incluirlos en las listas, la polémica de esta metedura de pata de Bildu debería darse por terminada, pero no será así. 


A muchos se les olvida que al PSOE, donde militantes o dirigentes han sido asesinados por ETA, no se les puede llamar traidores como les llaman algunos. Hay familiares de víctimas que se han visto con los asesinos y han decidido que no se puede vivir toda la vida con odio, han pasado página, lo que no quiere decir que hayan olvidado el tema, sino que su generosidad los ha llevado a tener altura de miras. Decía Gandhi que “el débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes”. 
 

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