Celsa ya tiene la empresa que diseñará su plan estratégico
Comprometidos con el Gobierno, los nuevos accionistas aseguraron la conservación de empleos en España y la permanencia de la sede en el país
Celsa, la principal siderúrgica catalana y la más grande de España, ha iniciado un ambicioso proceso de transformación bajo la dirección de sus recientes accionistas, liderados por Deutsche Bank, Attestor, Golden Tree, SVP y Cross Ocean. Tras la conversión de créditos por valor de 1.351 millones de euros, los nuevos inversionistas han asumido el control total de la compañía, marcando el fin de la era Rubiralta, fundadora de Celsa en 1967.
En busca de revitalizar la empresa, Celsa ha contratado los servicios de la consultora internacional Bain & Company para la concepción y elaboración de un nuevo plan industrial y de negocios. Este plan estratégico, liderado por el presidente Rafael Villaseca, el consejero delegado Jordi Cazorla y el director financiero Borja García-Alarcón, se centrará en identificar oportunidades de creación de valor y considerará desinversiones en activos no estratégicos, como las filiales en el extranjero.
Una de las novedades significativas del nuevo plan es la intención de reducir la abrumadora deuda que ha acompañado a Celsa durante más de una década. La reestructuración de 2023, que condujo a la conversión de deuda en acciones, resultó en un endeudamiento bruto total de 1.605 millones de euros, comparado con los 2.956 millones previos.
Los sindicatos lo reclamaban
Esta noticia llega después de que los sindicatos exigieran el pasado mes de enero un plan. CC.OO. ha exigido a los nuevos gestores de Celsa un plan industrial, un plan de inversiones y un plan de formación "para asegurar los puestos de trabajo, adaptar los centros y reciclar a las plantillas", según un comunicado.
En la reunión, los delegados de la organización han instado a la empresa a "aclarar su situación financiera después del proceso judicial".
El sindicato ha expresado su descontento, señalando que la compañía "carece de un plan industrial en España que asegure la sostenibilidad a largo plazo" y ha advertido sobre la presencia de "un ambiente de desconfianza hacia la nueva dirección".
Comprometidos con el Gobierno, los nuevos accionistas aseguraron la conservación de empleos en España y la permanencia de la sede en el país. Sin embargo, la posible venta de algunas plantas extranjeras en Gales, Francia, Noruega y Polonia podría ser una estrategia para monetizar la inversión y mejorar aún más el valor de la compañía.
En búsqueda de nuevos socios
En consonancia con la nueva hoja de ruta, Celsa buscará un socio industrial español que adquiera una participación minoritaria en el accionariado, comenzando este proceso en abril o mayo.
Varias empresas destacan entre los posibles candidatos para entrar en el accionariado de Celsa, incluyendo a Sidenor, Megasa, Cristian Lay y Gonvarri. Su interés se centra en emular el exitoso proceso llevado a cabo por Indra al ingresar en el capital de ITP Aero, tras la adquisición de este último por parte del fondo de private equity Bain Capital, tras su venta por parte de Rolls-Royce.
Con la consolidación de la primera línea del nuevo equipo directivo de Celsa, la empresa ahora se embarca en la búsqueda de vocales independientes para completar su consejo de administración. Este paso clave sigue a la efectiva transición de la propiedad de los Rubiralta a manos de los fondos, un proceso que culminó el 1 de diciembre y fue gestionado por la consultora estadounidense FTI. Sergio Vélez, su máximo responsable en España, desempeñó el papel de CEO interino durante los últimos meses, supervisando la empresa en este período de cambio y reestructuración.
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