¿Cuántos árboles perderá Viladecans en Olivaretes talados o dejados morir?

Han saltado las alarmas en pleno agosto, de los vecinos amantes de la naturaleza y el medio ambiente en Viladecans ante la tala indiscriminada de pinos con más de 50 años de vida que conformaban el camino al cementerio local. Sierra en mano se les ha hecho desaparecer del paisaje histórico de los viladecanenses para siempre. 

Agosto es el mes preferido para acometer acciones que no tienen vuelta atrás  y los operarios que se afanan en hacer realidad el nuevo barrio en Olivaretes han talado sin compasión todos los árboles que han encontrado a su paso dejando en su lugar un paisaje desolador.

Las más de 3.900 viviendas del Plan urbanístico de Olivaretes son las responsables de este atentando ecológico en dicho emplazamiento del municipio de Viladecans y cuyas imagenes ha cedido a Vilapress el periodista Jesús Ruiz. Y ante las que el tercer teniente de alcalde de Viladecans, Ricard Calle como responsable de Planificación Territorial hace caso omiso, porque según afirman fuentes solvenes dentro del consistorio, "él firma lo que le ponen sobre la mesa y no hace muchas preguntas". 

Las fotos no dejan lugar a dudas, el camino hacía el cementerio ha sido desprovisto de la poca sombra de la que gozaba y cuando los vecinos acudan el próximo 1 de noviembre, Día de todos los Santos, a visitar las tumbas de sus familiares y amigos serán conscientes de este gran error municipial ante las narices de los "ecologistas de pose" del gobierno de coalición donde su teniente de alcalde, Encarni García, de los "podemos-comunes" acuden en manifestación a El Prat pero se callan ante la tala de árboles y abandono de riego en"Olivaretes".  Haciendo con su sonoro y clamoroso silencio un llamativo canto a su falta de ética política y personal.

Por si esto no fuera suficiente, además los árboles transplantados de un lado a otro de Olivaretes se están secando, porque según afirman los vecinos que los visitan, desde hace tres meses, el sistema de riego no les proporciona la necesaria agua. Tal cuál, nadie los riega.

Ante esto los vecinos se preguntan ¿quién se está beneficiando de su mantenimiento sin realizarlo?, porque según la información pública del consistorio el mantenimiento de cada árbol le cuesta a las arcas municipales cerca de 50 euros al mes. Y si ya llevan 3 meses sin riego son 150 euros por cada árbol que alguién no está controlando, en este caso el regidor de transición ecológica, Jordi Mazón, quién en otros tiempos defendía la no edificación en Olivaretes y es conocedor como doctor en Ciencias Físicas de las consecuencias ecológicas que la disminución del número de árboles tendrá sobre Viladecans dado que es un firme defensor de las acciones contra el cambio climático como el uso de la bicicleta y el transporte público en detrimento del vehículo privado. 

De hecho el pasado mes de julio el propio regidor afirmaba desde su cuenta de twitter que " los bosques, árboles urbanos y zona agrícola son claves para conseguir ciudades neutras de CO2 y más saludables". Lo hacía midiendo el CO2 subido en su propia bicicleta convertida en un vehículo científico y demostraba, él mismo cómo las medidas de CO2 disminuían en los tramos con árboles. Y muchos se preguntan ¿cómo el responsable de luchar contra el cambio climático puede darle la espalda a esta tala indiscriminada de árboles y abandono de riego?. ¿Duerme tranquilo cada noche sabiéndo que lo que hace en una punta de la ciudad se deshace desde la otra y desde el mismo gobierno del que forma parte?.

Olivaretes será recordada en Viladecans como el gran crimen ecológico de la ciudad y aunque las obras se encuentra paralizadas en los Juzgados, ni eso ha logrado impedir que unos árboles históricos sean talados y otros se hallan abandonado a la suerte ante una sequía que dejará la ciudad sin ejemplares que limpian el aire de Viladecans. 

Y la oposición ante todo este despróposito sigue de vacaciones en un municipio, Viladecans, donde la mayoría absoluta trae decisiones municipales unilaterales y perjudiciales para el bienestar ecológico y de salud de todos los que allí viven y trabajan.

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