Los paros de control afectaron a un total de 2.700 vuelos y cerca de 325.000 pasajeros, y Vueling incurrió en un coste adicional de 20 millones por estas huelgas.
La Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) ha alertado que la compra de la compañía por parte de este operador británico podría reducir la competencia y tener efectos negativos sobre el bienestar de los ciudadanos de Cataluny.