Lo de la salida de Oriol Pujol de Brians por la vía rápida, es éticamente una vergüenza para los catalanes pero, sobre todo, para la imparcialidad de la justicia catalana, aunque sea la penitenciaria.
Pujol, el mago de la política catalana durante tantos años solía decir, en privado, que la cuerda con el Estado había que tensarla, pero nunca romperla
En el horizonte aparece la puesta en libertad del primogénito de los Pujol al que acaban de inyectar un balón de oxígeno, como si a cambio la familia tuviera, además de pagar tres millones de euros, devolver el favor de alguna de las maneras posibles.