Abrera lucha contra un agente cancerígeno de las patatas fritas y bollería
El ayuntamiento ha iniciado una campaña informativa para conocer los efectos de la acrilamida una subtáncia que puede encontrarse también en galletas, pan, productos de pastelería, cereales de desayuno, café, sucedáneos del café o alimentos infantiles.
El ayuntamiento de Abrera ha iniciado una campaña informativa sobre un agente cancerígeno que se encuentra en algunas patatas fritas, galletas, pan, productos de pastelería y bollería, cereales de desayuno, café, sucedáneos del café o alimentos infantiles a base de cereales.
Se trata de la acrilamida un agente que se produce de forma natural como resultado de una reacción inducida por el calor (generalmente, superiores a 120 ° C), al freír, asar o tostar alimentos ricos en hidratos de carbono (azúcares, principalmente fructosa) y la aminoácido asparagina.
Ln 2015 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dictaminó que la acrilamida puede aumentar el riesgo de padecer un cáncer en los consumidores y ahora se creó el nuevo Reglamento (UE) 2017/2158, que fija niveles máximos de acrilamida en los alimentos y una serie de medidas para reducirlos.
Ahora, el ayuntamiento de Abrera en aplicación de esta ley ha iniciado una campaña para que todas las empresas que elaboran este tipo de alimentos reduzcan la formación de este agente cancerígeno. Y es que se ha demostrado que seguir unas buenas prácticas durante la preparación de la comida puede disminuir su formación.
La Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA) ha publicado una infografía sobre cómo reducir el contenido de acrilamida en los alimentos en casa. Pero las tiendas, bares, restaurantes, etc. de ámbito local no deben hacer analíticas para determinar los niveles de acrilamida, aunque deben demostrar que aplican las medidas señaladas.
En cambio los establecimientos minoristas que forman parte de una franquicia de distribución sólo en el ámbito local pero bajo una marca o empresa central con una distribución más amplia, deben seguir procedimientos normalizados de trabajo, utilizar freidoras programadas para freír a una combinación de tiempo y temperatura adecuada y hacer un seguimiento del nivel de acrilamida de los productos finales.
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