El 13 de agosto de 1714 hubo en Talamanca, en la comarca del Bages (municipio que hoy tiene unas 200 almas) una refriega militar entre unos 2.000 soldados austracistas y unos 3.000 soldados borbónicos, que huyeron y fueron perseguidos hasta Sabadell; no me consta el número de muertos habidos. A las cinco semanas, Talamanca se rindió al ejército de Felipe V y su castillo fue derribado.
El astuto Artur Mas celebró el tercer centenario de esa ‘victoria militar’, faltaban unos dos meses para la consulta independentista del 9 de noviembre. Con esa ocasión proclamó con su pompa habitual que “en la vida si luchas puedes ganar o perder, pero si no luchas ya has perdido y, además, a veces pierdes con poca dignidad”.
Ahora, hace unos días, Quim Torra ha reivindicado el espíritu de Talamanca (burda mercadotecnia) y ha proclamado, con su impenitente insensatez e irresponsabilidad, que ‘o somos libres o no somos nada’: “O llibertat o llibertat”. Fantástico, entre el farol y la estulticia.
Es una nueva oportunidad para desmontar falsedades que se dan por buenas porque sí. La guerra de Sucesión, como ha escrito el historiador Ricardo García Cárcel, fue la primera guerra mundial y la primera guerra civil que afectó a todos los españoles.
Cabe destacar informaciones que se ocultan: poblaciones como Berga, Centelles, Cervera, Manlleu o Ripoll se mantuvieron durante toda la contienda partidarias del lado borbónico. O que Tarragona, Torredembarra, Mataró y Vic se manifestaron favorables a la rendición de Barcelona antes del 11 de septiembre.
Por otro lado, en 1705 el archiduque Carlos asedió Barcelona y arrojó unas seis mil bombas sobre ella, de lo cual, como tantas otras cosas, ni una palabra.
En el lado carlista o austracista se cantaba una canción, ‘Cançó Nova’, cuyo segundo párrafo decía esto (tal cual):
“Guerra, Guerra per la terra,/ Cridan tots los Cathalans:/ Síe Carlos Rey de Espanya,/ y posem-nos en campanya,/ si volem ser triomfants”.
Y concluía: “y visca lo Rey de Espanya/ Carlos Tercer gran Señor”. Sí, el espíritu de Talamanca.
Escribe tu comentario