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Luis Fuertes, un sindicalista de raza

Carmen P. Flores
Directora de Pressdigital

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Luis fuertes ugt

Luis Fuertes, sentado tras el retrato de Pablo Iglesias (UGT Catalunya)


Luis Fuertes, el primer secretario general de la UGT de Catalunya después de la dictadura de Franco, moría el pasado 16 de agosto, a los 70 años. Un luchador incansable y un sindicalista de raza.


Las dificultades, la lucha ante los problemas y la adversidad suelen forjar el carácter de las personas: las hunden o las hacen más fuertes.


Con la llegada de la democracia, el mundo laboral empezó a tener vida pública, la dictadura no dejó margen a las reivindicaciones de los trabajadores, no hace falta explicar porqué.


En Catalunya, la UGT resurgió del largo letargo, obligado, de 40 años. Había legado la ansiada democracia. Un 20 de junio de 1976, en Terrassa, los ugetistas eligieron a Luis Fuertes como su secretario general. El joven leonés fue el impulsor del sindicato en una etapa muy dura de la UGT. 


Persona forjada en la trinchera de las reinvindicaciones y defensa de los derechos de los trabajadores, ha sido una persona clave en la historia reciente del sindicato catalán. Hecho que no se le ha reconocido a dia de hoy.


El líder sindical no era persona mediatica, sino un hombre de acción, timido y nada protagonista. Luis Fuertes era un sindicalista de raza al que le tocó vivir una etapa difícil, intensa e histórica. Tiempos aún convulsos pero ilusionantes. Pocos recursos, muchas necesidades pero todo ello se suplía con ilusión, esfuerzo trabajo y solidaridad. Luís daba buen ejemplo de ello. Era un sindicalista de equipo. Los que compartieron con él esa etapa tan intensa al frente del sindicato, saben bien de lo que estoy hablando. Eran otros tiempos mucho más comprometidos, menos ligados al poder y poco sevillistas.


Fuertes tenía un aspecto de hombre duro, pero quienes lo conocían bien sabían que era todo lo contrario, una persona con mucha sensibilidad y fuerza interior. Fue capaz, en aquellos tiempos, de llevar a la huelga a una de las grandes empresas, la Hispano-Olivetti, de la que era trabajador. Son históricas sus huelgas. Nadie se olvida de esos días de lucha.


Al lado de Luis había una serie de personas de su confianza; Luis García, Cerro, Ramón Soto, Víctor Surribas, entre otros, y que trabajaron codo con codo junto a él. Cuando dejó la secretaría, entró en el mundo de la política como diputado en el Congreso, aunque en la política no se encontraba demasiado cómodo, dado su carácter directo y sin florituras. Después estuvo durante unos años en Latinoamerica donde contribuyó a fortalecer las organizaciones sindicales.


Conocía a Luis de las entrevistas, unas cuantas, que le había hecho. Y habíamos mantenido muchas charlas. Me ponía al corriente de la situación laboral en Catalunya y de la posición de su sindicato. Cafés en la sede de la calle Tarragona.


De esa etapa nació el primer programa de información laboral que se hizo en la radio española. Concretamente en Radio Miramar de Barcelona que iniciamos conjuntamente Paco Caparrós y yo misma, con el patrocinio de la UGT. Caparrós se marchó al cabo de pocos meses a Madrid y yo seguí haciéndolo dos años más. Recuerdo con cariño la comida que se hizo para celebrar la puesta en antena del programa. Fue en el restaurante Morriña de la calle Parlamento. En ella estábamos, Marcelino Rodriguez de Castro, director de la emisora, Luís Fuertes, Manuel Fernando González, jefe de informativos, Ramón Soto, Víctor Surribas y yo. Fue muy agradable y distendida. De esas que no se olvidan En algún lugar debe estar la fotografía que se hizo del encuentro.


La última vez que le vi, hace ya unos cuantos años, en la terraza de un bar, en la calle Nicaragua, estaba sentado con otras dos personas. Yo también estaba acompañada. Reconocí su voz de inmediato, era inconfundible. Nos saludamos con la alegría de dos amigos que hacía tiempo que no se veían. Hablamos de todo un poco. Me dijo que le quedaban pocos días, que marchaba de nuevo fuera de España. En un momento dado, les dijo a las personas que compartían la mesa "el marido de Carmen, fue la persona que ayudó a Narcis Serra a ser alcalde de Barcelona. Nadie se lo ha agradecido. Yo lo sé porque lo viví muy de cerca, ¿a que es así?", me preguntó. Le respondí que era cierto, y que nadie le dio las gracias, ni Serra lo invitó a un café. Me quedé sorprendida de que Luis conociera el tema. Nunca me había hablado de ello. No voy a explicar como aconteció, no me corresponde, es algo que debe explicar, si quiere, el propio protagonista, es decir, Manuel Fernando.


La vida sindical, política y personal de Luis Fuertes fue muy discreta. Siempre quiso pasar desapercibido. Con esa discreción que le caracterizaba también ha emprendido su último viaje. Ese del que no hay retorno. Pero siempre estará entre todos los que le queríamos y valorábamos su trabajo en defensa de los derechos de los trabajadores. Luis descansa ya en el cementerio del pueblo leonés donde nació. 



Artículo origina publicado en catalunyapress.es.

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