La incógnita finalmente se ha despejado este domingo: el Barça sin Messi ha ganado por 5-1 a un Real Madrid sin Cristiano Ronaldo, en un partido que había despertado un gran interés, como siempre sucede en un derbi de este tipo, pero que en esta ocasión más aún si cabe por la ausencia de las dos figuras y la más que probable salida de su entrenador, Julen Lopetegui , cuya sentencia la tiene guardada en su cajón hace ya unos días el todo poderoso Florentino Pérez, un presidente muy especial que además hace de entrenador, director deportivo, técnico y todos los cargos que quiera en un Real Madrid que se ha convertido en unipersonal.
La llegada de Lopeteguí al equipo merengue se hizo rodeado de polémica por la forma en la que se hizo el fichaje. Lopetegui era el seleccionador nacional y se encontraba ya en Rusia, donde la selección española participaba en el mundial de futbol. Faltaban pocos días cuando una filtración interesada descubría el fichaje del seleccionador español como entrenador del Real Madrid para esta temporada. Anuncio que no gustó en absoluto al presidente de la Federación Española de Futbol, que inmediatamente cesó al protagonista de una historia surrealista y tramposa.
El equipo blanco no es lo que era debido a la intromisión permanente de su presidente. Él decide los fichajes y la marcha de sus jugadores. Habla con los medios de comunicación, y con los propios jugadores. Su intervencionismo exaspera. El personalismo y el trato déspota con los entrenadores ha hecho crecer una fama que en nada beneficia a un club con tanta historia. Se quita a los entrenadores de encima, especialmente a los españoles, sin atender a razones. La paciencia no es precisamente una de sus virtudes.
El presidente del Madrid se cargó de la noche a la mañana, sin darle ninguna oportunidad a Rafa Benítez, un excelente entrenador como ha demostrado con otros equipos. Con Zidane, la cosa fue diferente. Estaba sentenciado hacía tiempo, pero anduvo más ágil. Después de ganar su tercera Champions en tres años, en plena celebración y euforia, el francés anunció por sorpresa, para disgusto de Florentino, que dejaba el Real Madrid.
Ejemplos hay unos cuantos. En toda España tienen presencia sus empresas y hace negocios. Como buen empresario no le importan las siglas de los partidos. Va a lo que va y su máximo objetivo son las cuentas de resultados de sus empresas. El Real Madrid, es una magnífica plataforma de aumentar las mismas. No tiene el menor escrúpulo en hacer todo aquello que le beneficie. La ética, deportiva y empresarial, la deja pegada debajo del asiento que ocupa en el palco del Bernabéu.
En cuanto a Lopetegui, que manifestaba en su presentación oficial como míster del club blanco que era su segundo día más feliz de su vida, la mala jugada y la falta de elegancia con la Selección Española y sus aficionados se han vuelto en su contra. Supongo que esta lección no la va a olvidar en su vida. Al final, como dice el refrán "el que la hace la paga". Con lo bien que hubiera estado entrenando a la Roja.
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