Que Torra va a la suya, perdón, a la de Puigdemont, nadie lo duda, aunque ha estado unos pocos días intentando mostrar que él es quien manda y decide. Esa impronta ha durado bien poco. En plena guerra abierta entre el PDeCAT y JxCat y con el pulso de Puigdemont a Mas -padre e hijo político- el presidente por delegación, Torra, sin informar previamente a su socio de gobierno, se ha quitado de encima a la única consellera que quedaba del PDeCAT, Àngels Chacón, quien en los últimos días había mostrado su intención de consensuar el decreto ley de las cámaras con las patronales y los sindicatos. Tanto Torra como Canadell, no estaban por la labor, van por libres. Si a eso añadimos que era la única consellera que quedaba en el Govern después de que el resto que forman el mismo se dieran de baja del PDeCat, no hay la menor duda de que Torra ha cumplido el mandato de Puigdemont tres días después de que este abandonara el partido de su “vida” y un día después de las declaraciones de Mas en las que manifestaba su intención de continuar en el partido que ahora preside Bonvehí.
Está claro que la decisión de Torra está basada en su “servicio” al país y a todos y cada uno de sus ciudadanos/as, como se está comprobando. Los intereses de unos pocos están por encima de todos los demás. Decía Sir Winston Churchill que “un buen político es aquel que, tras haber sido comprado, sigue siendo comprable”, y no precisamente con ratafía sino con poder y lo que ello conlleva.
En la fulminación de los tres consellers ha aplicado la teoría que en su día explicaba el escritor Antonio Gala: “al poder le ocurre como al nogal: no deja crecer nada bajo su sombra”. Los golpes de efecto políticos son como los fuegos artificiales, lo malo es que en demasiadas ocasiones alguien puede sufrir quemaduras, incluso el que enciende la mecha.
Los tres nuevos cargos elegidos por el presidente Torra -por cierto, los llamados ya los breves- son de la cuerda de Puigdemont, nadie lo duda. Dos de ellos son significativos: Ramon Tremosa, el considerado el paria del Parlamento Europeo donde los únicos amigos que tenían eran los eurodiputados flamencos, el resto huían de él. Su paso por esa institución será recordado como un mal sueño de una señoría que ha dicho y hecho las mayores majaderías de su historia. Nunca ha tenido sentido del ridículo. ¿Habrá aprendido algo? A su edad, creo que no. Estará encantado de su nuevo cargo, como premio al servicio prestado a Puigdemont…
Miquel Samper, hasta ahora regidor en el ayuntamiento de Terrassa. Amigo personal de Rull, abogado de profesión y persona polémica que, aunque estará poco tiempo al frente de Interior, no tardará en tener problemas. ¿Lo aceptarán los mossos? ¿Llevará a cabo las órdenes directas de Puigdemont? Si sigue las directrices de la plaza de Sant Jaume, es decir la aplicación de la política independentista, en poco tiempo perderá la autoridad del mando. No lo va a tener fácil
Àngels Ponsa, nueva consellera de cultura, aunque ya está en este departamento ocupando otros cargos, proviene del mundo local, de Sant Cugat, donde ha sido regidora. Conoce las tres administraciones y es de la cuerda de Puigdemont.
Si no había demasiado trasiego, en estos últimos días de un verano incendiario políticamente, vamos a seguir en la misma línea. Este septiembre va a ser un mes muy especial, lo iremos viendo durante el transcurrir de los días. Torra está decidido a la confrontación con sus compañeros de gobierno, y también con el Estado. Es la estrategia para que Puigdemont saque rédito electoral en los próximos comicios. Todo vale, y el fin justifica sus estrategias poco éticas. Alguien dijo una frase contundente que nunca ha perdido vigencia: “tu gobierno cree que eres idiota, por favor deja de demostrar que tiene razón”.
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