¡Menudo ejemplo dan sus señorías!

¡No va más, señores!, es la frase que emplea el crupier cuando se llega al máximo permitido en una partida. Este jueves,el’ no va más’ de la política se ha visto en el Congreso de los Diputados y la Asamblea de Madrid, que es el parlamento autonómico de la comunidad. En el primero, acusaciones mutuas entre el vicepresidente Pablo Iglesias, Teodoro García Egea del PP y Maria Ruiz de Vox. El diputado popular acusaba a Iglesias de no haber hecho bien su trabajo en las residencias: “Se le da mejor gestionar los escraches que las residencias, pues con su gestión han muerto 16.000 ancianos”, le decía Egea. Mientras la portavoz de Vox Gobierno afirmaba: “Ha dejado a las residencias a su suerte con un resultado sobrecogedor”. La respuesta de Iglesias a los dos ha sido: “Ustedes representan el odio, la hipocresía y la miseria moral y este país se quitará de encima la inmundicia que encarnan”. 

También, como era de esperar, ha habido confrontación entre el ministro de Sanidad Salvador Illa y el diputado José Ignacio Echániz por el Covid de Madrid. El diputado popular pidió la dimisión del ministro de Sanidad al que acusó de odiar a Madrid y a España. Por su parte Illa le ha pedido que no genere divisiones entre quienes también son “españoles siendo catalanes” y lo invitó a “centrarse en combatir el virus” en vez de “sembrar cizaña”.

En la Asamblea de Madrid, por el mismo tema del Covid se ha armado la marimorena. Enfrentamiento entre los dos bloques formados por PP, CS, Vox y el otro, el resto de partidos. No entraremos en detalles que ya son conocidos. Lo que es evidente es que el enfrentamiento político entre los dos bandos está llevando a una situación de crispación dentro y fuera del hemiciclo que impide el consenso que la situación de crisis merece, dejando a un lado y para mejor ocasión las discrepancias ante todo lo que está sucediendo en este país. Es realmente lamentable que otra vez más -- son tantas -- primen los partidismos sobre los intereses y la salud de la ciudadanía. Decía Bertolt Brecht “De nada sirve la política si no están solventadas algunas cuestiones básicas”.

El Congreso de los diputados es un lugar de debate, consensos y discrepancias, eso debe ser así. Es tolerable que sus señorías suban el tono en  sus intervenciones , que se defienda con pasión las propuestas. Ahora bien, los insultos y las acusaciones que generan división y odio son ya palabras mayores y ahí debería existir una línea que nadie ha de pasar. Los diputados/as tienen que dar ejemplo a la ciudadanía. No deben hacer lo que están haciendo porque además de degradar a la institución dan un mal ejemplo y una imagen penosa. Discusión y discrepancias sí; insultos, degradación, generación de odio y división, no. Se les olvida lo sucedido un 18 de julio del 36 y los cuarenta años de dictadura. En el bar del Congreso debería prohibirse los whiskies y el alcohol en general y ofrecer más infusiones de manzanilla, tila, y poleo menta. Igual los servidores públicos estarían más tranquilos.

Por cierto, ante esta afirmación del vicepresidente del gobierno: “Una buena parte de las residencias de ancianos españolas están controladas por las grandes fortunas de este país y de fondos buitre está en contra de los trabajadores y de las familias españolas”, pronunciada en sede parlamentaria, se debe recordar que en esas residencias hay padres de trabajadores que no son ricos porque no hay suficientes  residencias públicas.

Decía el general San Martin que “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”. 

Así que, este jueves en dos instituciones que deben ser ejemplares, el crupier ha dicho no va más señores, ante una partida que ya estaba agotada.