¿Por qué no coinciden las prioridades del gobierno y la ciudadanía?

En estas fiestas navideñas que cada uno celebra según sus creencias, o sin ellas, es un buen momento para reflexionar sobre lo que ha ocurrido a lo largo de estos casi 365 días que están a punto de decirnos adiós, con gran alegría de todos. Ha sido un pésimo año en casi todos los ámbitos de la vida, del país y la sociedad. La política no es la excepción que confirma la regla. Ha estado y sigue estando, con una actuación poco diligente frente a la gran pandemia que tenemos como una espada a la que hay que sortear para que no nos caiga encima.

Mientras esto sucede, tenemos algunos políticos con responsabilidad de gobierno que hace tiempo que tratan de desviar su atención hacia la monarquía para tapar su pésima gestión al frente de los ministerios que ocupan. La presa es y será el Rey emérito y su sucesor, Felipe VI. O si lo prefieren, la monarquía constitucional. Como perro de caza que es Pablo Iglesias ha cogido a su presa y no la va a soltar. Sabe que en algunos sectores de la sociedad cala. Ese es su filón, con permiso del PSOE que se lo está permitiendo…

Pablo Iglesias, vicepresidente y visionario bolivariano manifestaba hace unos días que la monarquía ha entrado en crisis y que, tras escuchar el mensaje del rey, los españoles debatirán sobre monarquía o república. Como si esta fuera la primera prioridad que tiene la ciudadanía. En la última encuesta del CIS, solo el 0,6% muestra su preocupación por ella. Todo un dato que viene a desmentir las prioridades de los españoles, alejadas de las del líder morado. Más del 50% están preocupados por el covid. Le sigue con un 40% con la situación económica.

Manipular es una de las estratagemas del vicepresidente, un maestro en ello. Una parte de la gente verá o escuchará el discurso real que, como cada año, forma parte ya de la Nochebuena. Pero el tema de conversación será el covid, -las medidas - y la pena que tienen al no poderse reunir todos los miembros de la familia. También el paro, la crisis y los que se han ido para siempre, así como de lo que les deparará el próximo año que se presenta con muchas incógnitas.

Las personas que tienen una vertiente más social y solidaria se acordarán de todas aquellas familias que están sufriendo en carne propia la crisis, que van a tener que acudir a las entidades sociales para recoger la “cena de navidad”. Una situación que entristece. Mientras, las imágenes de las distintas televisiones nos muestran los miles de camiones y sus conductores que se han quedado atrapados entre Inglaterra y Francia por el cierre de fronteras y que no podrán pasar ni la Nochebuena ni la Navidad con sus familias. Han estado tres días sin amparo, buscándose la vida y al tercer día a alguien de los que gobiern a-no precisamente a Pablo Iglesias- se le encendieron las luces y ha enviado a un cónsul para ofrecerles “ayuda”. Los camioneros son esos trabajadores que durante la pandemia han realizado un trabajo impagable, al suministrar alimentos, medicamentos y otros productos de necesidad. Son también los grandes sacrificados, sin que nadie se lo haya reconocido. Sacarlos de allí lo antes posible debe ser la prioridad de Pedro Sánchez y su prioritario vicepresidente Pablo Iglesias.

Que se dejen de monsergas, que aterricen, que sepan lo que realmente es prioritario ahora y que dejen el populismo para tiempos más boyantes. Porque al final, la gente tiene esperanza en un 2021 mejor. Lo malo es que, con las palabras y los hechos de los que tienen responsabilidades, esta se va menguando y el cabreo va subiendo.

Olvídense por unas horas de todo lo que está ocurriendo, como si fuera un mal sueño, disfruten de estos días de la mejor manera posible, y sean solidarios y muy optimistas, les ayudará a pasar mejor este mal sueño.

¡Buenas fiestas para todos!