Catalunya está inmersa en una grave crisis social y económica, amén de la sanitaria. Ahora más que nunca es necesario centrarse para salir adelante. Para ello se necesita la cordura del gobierno, del que está en funciones y del que venga. Los sectarismos y las políticas de intereses partidistas han de dejarse a un lado. Si no es así, Catalunya está condenada a no levantar cabeza.
Hace unos días, aprovechando el 70 aniversario de SEAT, el Rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la ministra Reyes Maroto se desplazaron a las instalaciones de la empresa automovilística, donde fueron recibidos por los más altos ejecutivos de la empresa alemana. Una vez más, el gobierno de Catalunya no estaba presente. Una acción que ha levantado duras críticas de los sectores económicos políticos y sindicales que han visto en la acción una dejación de responsabilidades. El gesto desafortunado e incompresible tampoco ha gustado a la cúpula de Volkswagen cuyos máximos representantes del grupo s habían venido a Catalunya para estar presentes en el acto. Hay que recordar que el grupo Volkswagen es el mayor inversor de la industria automovilística en Europa y que además ha estado ahí manteniendo los puestos de trabajo y apostando por Catalunya. ¿Es normal que un gobierno actúe de esta manera? Sí, porque a lo largo de estos años, han venido realizando este tipo de acciones partidistas, y de una gravedad extrema.
Ante las críticas recibidas el gobierno catalán ha buscado una mala excusa para justificar lo injustificable, sin ser conscientes que representan a toda la ciudadanía y, además, le entra en el sueldo -- bien pagados, por cierto-- estar presente en este tipo de eventos, les guste o no. Si no lo quieren hacer, que se vayan a sus casas, que monten un chiringuito, lo paguen de su bolsillo y nadie dirá nada. Decía Confucio que “gobernar significa rectificar “y durante todos estos largos años no se ha gobernado, porque no se ha rectificado.
Si con todo lo que está sucediendo y visto que el nuevo gobierno, por su composición, va a seguir cometiendo los mismos errores, la pregunta es ¿Va a aguantar Catalunya cuatro años más el despropósito y la ruina? Sinceramente, genera serias dudas ¿Alguien entiende que los antisistema puedan estar en el gobierno o presidiendo el Parlament de Catalunya como pretenden para para que Aragonés sea presidente de la Generalitat? Es de locura que eso pueda suceder. Los cupaires son coherentes, porque si entran en el sistema, es la mejor manera de cargárselo. Así de sencillo. Lo lamentable es que se lo permitan. Se antepone, una vez más, los intereses partidistas por encima de los generales. Esto sucede en una sociedad, “avanzada” como algunos predican. Lo que demuestra una vez más que el hombre es el único animal que tropieza siempre en la misma piedra, sin que haya aprendido la lección.
Así que, vaya 2021 que nos espera: La CUP con mando en plaza, Laporta siendo presidente del Barça y el covid encima de nuestras cabezas. Para los más optimistas, el espectáculo está servido. Pero igual con tanto sobresalto los corazones no aguantan y las urgencias se colapsan. Catalunya necesita tranquilidad, sentido común y un gobierno que dé estabilidad ¿Lo veremos? Pongámosle una vela a Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles, que igual tenemos suerte y se recupera el seny perdido.
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