“Si no los puedes convencer, confúndelos”. Es una frase muy gráfica que pronunció en su día el presidente de los Estados Unidos, Harry Truman. En política, la teoría de esta frase se ha convertido en práctica muy habitual, sobre todo cuando no hay argumentos para justificar determinadas acciones. ¿Es bueno? No, pero sí es práctico para aquellos que lo aplican. Confundir a las personas, llevarlas a su terreno, y hacerlas ver que lo que explican es lo mejor para ellas, es tarea fácil, sobre todo porque al final, la ciudadanía es como un gran rebaño de ovejas que necesita de un pastor para que les guíe, y ya se sabe, pastores hay muchos que se ofrecen para ese “empleo”. Eso ha sucedido siempre, y si no cae un meteorito, seguirá siendo así. Es lo más fácil y no se necesita demasiado esfuerzo físico.
Este martes, después del consejo de ministros comparecía ante los medios, - sin preguntas- el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, para dar cuenta a toda la ciudadanía - ya lo había hecho el día anterior en el Liceo- de los indultos a los nueve políticos catalanes. Lo hacía matizando su intervención del lunes - con semblante serio- y dejando claro que los indultos son con condiciones: estarán inhabilitados durante seis años y si lo vuelven hacer, tendrán que visitar de nuevo la prisión para cumplir íntegramente las penas impuestas. Unas matizaciones realizadas para tranquilizar al resto de la ciudadanía española - o votantes socialistas que están en contra, un 65%-, barones territoriales, y un buen número de miembros de su ejecutiva. El presidente ha querido explicar que los indultos están condicionados, es una forma de intentar tranquilizar a los escépticos
La ubicación de algunos de los invitados en las primeras filas llamó poderosamente la atención. El presidente del gobierno colocó al Conde de Godó a su lado, y no a la alcaldesa que estaba al otro lado del Conde, que fue tratado como un “grande”. ¿Será porque los votantes y militantes socialistas son fervientes lectores de este diario? Estoy segura de que es así…. Quizás por eso la presencia de altos cargos de la Vanguardia dentro de la sala y en las primeras filas fue numerosa. Es un tema de amor crematístico al gobierno de Pedro Sánchez. Lo que no sabe aún el presidente Sánchez es que el Conde de Godó es gafe, pero cada uno elige con quién se quiere sentar, especialmente si es el organizador del acto.
Tras la comparecencia del presidente Sánchez de este martes, hacía lo propio el presidente catalán, Pere Aragonés, acompañado de todos sus consellers. Lo hacía para tranquilizar al sector independentista al decir que Sánchez debe ir más allá de la medida de “gracia” y quiere llevar a la mesa de “diálogo” la amnistía y un referéndum pactado, y tratar la vuelta de los “exiliados”. Para redondear más su discurso ha espetado que la decisión del gobierno español de indultar a los presos es “un reconocimiento de que las condenas fueron injustas”. Todo un gesto de agradecimiento del gobierno catalán al presidente Sánchez. ¿Cambiarán las cosas en Catalunya, con esa actitud triunfalista de haber doblado el brazo al gobierno? Es una interpretación a su medida , aunque estos días haya engordado varios kilos.
Al final, el indulto no ha gustado a ninguna de las partes por distintos motivos. Entonces, ¿por qué se han hecho? Decía Benjamín Franklin que “No he fracasado. He encontrado 10.000 soluciones que no funcionan”.
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