La publicación en el diario The New York Times de los contactos del entorno de Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Catalunya y en la actualidad eurodiputado, con miembros de los servicios secretos rusos , -del que ya informamos-, en España parece que ha pasado como una simple noticia más y no tiene visos, -eso parece- de que suceda ninguna cosa, pese a la gravedad del tema si se confirma la veracidad de las informaciones. El medio debe disponer del suficiente material como para arriesgar su credibilidad .
No sucede lo mismo en el Parlamento Europeo, donde sí que se lo han tomando en serio y esta semana la Eurocámara ha aprobado una enmienda -dentro de un informe sobre las relaciones políticas entre la Unión Europea y Moscú- presentada por los eurodiputados socialistas Wodzimierz Cimoszewicz, de Polonia, y Tonino Picula, de Croacia, cuyo texto dice: “Que las recientes revelaciones sobre contactos estrechos y regulares entre funcionarios rusos, incluidos miembros del servicio de seguridad, y representantes de un grupo de secesionistas catalanes en España requieren una investigación en profundidad".
El texto de la Eurocamara afirma que "esto podría resultar ser otro ejemplo de injerencia rusa en los Estados miembros y de los constantes intentos de Rusia de explotar cualquier asunto que pueda promover la desestabilización interna de la Unión". La enmienda fue aprobada por 4262 votos a favor -populares, socialistas, liberales y una parte de la ultraderecha-, y 13 votos en contra -la izquierda, parte de los verdes y otra parte de la extrema derecha ¿flamencos? - y 95 abstenciones -grueso de los verdes. Los tres eurodiputados de Junts votaron a favor de la totalidad del informe, pero la enmienda presentada por los socialistas y que hace referencia a los contactos sus votos fueron en contra porque según ellos “intenta promover una afirmación sin evidencias sobre el movimiento independentista”.
El más afectado por la decisión del Parlamento es Puigdemont, que ya había calificado las informaciones del diario norteamericano de falsas. Mientras que el Kremlin ha negado estar involucrado en el proceso independentista. No se esperaba otra cosa diferente.
Lo que está claro es que el Parlamento Europeo no considera este tema como menor dado las malas relaciones que la UE tiene con el gobierno de Putin al que han acusado en más de una ocasión de realizar acciones para desestabilizar a Europa. Así que, a la espera de que se realicen las investigaciones oportunas, a Puigdemont se le añade otro problema que le dejará más de una noche en blanco. La institución europea, no es un juguete de la señorita Pepsi y las consecuencias que se puedan derivar de las investigaciones puede que no solo lo deje sin escaño, sino que se produzcan otras derivaciones de mayor calado por la acusación que se puede aplicar a sus actos.
En el Parlamento Europeo los derechos están garantizados, por eso determinadas acciones serán juzgadas. Como siempre, habrá que esperar y aceptar los resultados y si no gustan recurrirlos si se puede. No valdrá con decir que es injusto o que no hay libertad.
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