Joan Laporta, presidente del Barça en segundo mandato - nunca segundas partes fueron buenas- le gusta ser protagonista, nadie tiene la menor duda. Pero es protagonista por las cosas que está haciendo, es una mala inversión en imagen. Ganó las elecciones a sus rivales porque se despacho diciendo que él era el único que podía garantizar la continuidad de Messi, y una buena parte de los socios se lo creyó. Tal fue su “apuesta” por el astro argentino que hasta protagonizó un video en el que se le veía abrazando a un maniquí con la camiseta de Messi, pero sin cabeza - ¿sería premonitorio de lo que le haría después?- en el que prometía una oferta que no podía rechazar… Es más, lo tenía tan “claro” que hasta llegó a declarar que “si gana otro candidato, Messi no se quedará”. Una afirmación que se ha cumplido ganando él, gracias a Messi. ¿Es un fraude su victoria? Es evidente que sí, pero no ha dimitido, no se da por enterado.
Este domingo el diario Sport, diario de cabecera de Laporta - ¿Habrá cambiado de medio? entrevistaba a Leo Messi, y entre otras cosas - él sigue siendo del Barça, no se olvida- se refirió a las palabras pronunciadas meses atrás por el presidente Laporta en que afirmaba que “tenía la esperanza ilusa de que Messi jugaría gratis para quedarse", palabras que se han quedado grabadas en la memoria del futbolista que había apoyado a Laporta. Por eso, el jugador explicaba que “me dolieron porque creo que no tiene necesidad de decir eso, es como sacarte la pelota de encima y no asumir sus consecuencias,”. Para a continuación añadir que a él nadie le había pedido jugar gratis. Que él habría hecho todo lo posible por continuar: se había bajado su sueldo al 50% cuando se lo pidieron, y que hizo todo lo posible para seguir en el Barça.
Unas declaraciones que ha querido hacer para despejar cualquier tipo de duda en la afición barcelonista sobre su actuación en este desagradable episodio en el que Laporta ha querido cargarle todas las culpas. Fue Messi el “enganche” para hacerse de nuevo con la presidencia azulgrana, que, por cierto, pese a las mentiras, las cosas no es que le vayan a salir muy bien que digamos. Nada más llegar, hizo “limpieza” catalogada de venganza, cargándose a todos aquellos que él creía que lo habían traicionado. Para ello no dudo de rodearse de sus amigos e incluso de sus familiares. No le tembló el pulso. Tampoco sucedió cuando cesó a Koeman días después de haberlo confirmado en su cargo de entrenador. Al final cuando habla de una cosa se tendrá que interpretar que será la contraria.
Ya en su día, en el momento de negociar con Messi, y le dijeron que podía marcharse al PSG, su actual equipo, Laporta señaló que “la renovación de Messi hubiera puesto el riesgo el futuro del club”. Además para justificar la marcha de Leo, apostilló que “el club está por encima de cualquier jugador”, una frase que también se podía aplicar después de su brillante gestión al frente del Barça.
Laporta es un magnífico actor al que las evidencias están dejando ver lo que hay detrás de cada una de sus actuaciones, por ahora poco brillantes. Suele utilizar a quien haga falta para sacar beneficio propio, sin importarle los daños colaterales que pueda tener. Ya en su primera etapa utilizó a su cuñado, Alejandro Echevarría, y lo sacrificó sin dudarlo cuando salió a la luz su vinculación con la Fundación Francisco Franco. Es más, llegó a decir en rueda de prensa a un periodista que “No volverá a pisar el vestuario del Barça y si lo ve, hágamelo saber que actuaré en consecuencia", Ahora, cuando ha tenido problemas, también con las peñas alma del club, ha vuelto a tirar de excuñado y le está sacando las castañas del fuego., con esa discreción que siempre le ha caracterizado por su vocación de barcelonista.
A Laporta las castañas, los boniatos y los panelleTs se le habrán atragantado este domingo escuchando/leyendo las declaraciones de Messi y es que al final, “la mentira tiene las patas muy cortas".
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