Seat mira a China porque quiere comprar las empresas europeas de semiconductores
Para ponerse al día en el campo de los semiconductores, China está aumentando discretamente las compras de compañías en el extranjero, escondiéndose detrás de empresas fantasmas.
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Para ponerse al día en el campo de los semiconductores, China está aumentando discretamente las compras de compañías en el extranjero, escondiéndose detrás de empresas fantasmas. Y esto afecta directamente a Seat, que incluso tiene que realizar parones en su producción por falta de chips.
El 13 de mayo, el fondo de inversión chino Wise Road Capital presentó una oferta de adquisición por la empresa francesa Unity Semiconductor (SC) SAS, según informó la plataforma especializada de datos financieros Refinitiv.
A primera vista, este fondo parece inofensivo. Creado en 2017 para invertir en empresas de tecnología, en particular semiconductores, se define en su sitio web como "privado" y afirma "toma de decisiones independiente".
Sin embargo, según el análisis que la firma de inteligencia económica Datenna realizó para Le Monde, varios de los accionistas de este fondo están estrechamente vinculados al estado chino. De hecho, Pekín la utiliza como instrumento de su auge tecnológico.
UnitySC, discreto y poco conocido, actualmente solo genera 25 millones de euros en ventas al año, pero podría tener un futuro brillante. Gracias a su centro de investigación en el “mini-Silicon Valley” de Grenoble, ha desarrollado una tecnología de control de calidad para las obleas de silicio en las que están grabados los circuitos integrados. Esto es prometedor, con la creciente miniaturización de semiconductores.
En su camino a convertirse en la próxima potencia tecnológica mundial, China tiene un punto débil: los semiconductores. Estos circuitos integrados son clave para la producción de ordenadores, automóviles, teléfonos móviles, trenes de alta velocidad e infinidad de productos que se consideran 'inteligentes.
Pero las capacidades tecnológicas del país están aún por detrás de las de los grandes del sector como Estados Unidos, Taiwán, Corea del Sur, Japón e incluso Europa. Esta dependencia exterior disgusta a Pekín, que en un contexto de guerra tecnológico-comercial con Washington ha emprendido una difícil carrera para adueñarse del mercado.
SEAT, AFECTADA POR LA FALTA DE MICROCHIPS
La compañía Seat vigila de cerca a China por esta situación, ya que la falta de microchips la ha llevado a detener la producción en sus fábricas en varias ocasiones. Tanto es así, que en septiembre redujo un 18,1% sus ventas por esta causa.
En concreto, sus ventas mundiales en el noveno mes del año fueron de 35.600 unidades y un año antes, en septiembre también, vendieron 43.500.
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