Decía el cantautor argentino Facundo Cabral que “siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender cómo se hace”. Es una frase que no la deben conocer las dos ministras de Podemos, Ione Belarra y su colega Irene Montero. Fueron elegidas, no por sus conocimientos ni experiencia, sino, una por ser la mujer del líder, y la otra por su amistad con el mismo; el macho alfa de la manada. Ese que se “marchó” de la política pero que sigue manejando a sus marionetas.
Cuando se llega a un cargo de responsabilidad sin estar preparadas se puede llegar a superarlo de dos formas: formándose, aprendiendo a marchas forzadas y rodeándose de personal cualificado, si es posible mejor que ellas - cosa que no es difícil-. Ninguna de las dos han hecho estas políticas que ejercen sus responsabilidades a golpe de titulares, porque lo que se dice gestión, muy poca han hecho hasta la fecha.
El gobierno tripartido de Pedro Sánchez - son tres porque Podemos se ha roto en dos por su disparidad de criterios- finalmente ha decidido enviar armas a Ucrania para que se defienda de los ataques de Putin, decisión que ha apoyado Yolanda Diaz y que han rechazado las vocalistas Belarra/Montero que, en un alarde de solidaridad -¿con Putin?- se preguntan: ¿Es que estamos haciendo todo lo posible por la diplomacia? Para responderse que no. Publicitan constantemente el mensaje del macho alfa: “la diplomacia es el único camino para la paz”. Son unos argumentos que forman parte de una estrategia bien diseñada por Pablo Iglesias que tiene varios objetivos: no ir directamente contra Rusia - ya se sabe por qué-, dinamitar el gobierno y de paso segar la hierba a su “compañera” Yolanda Díaz, a la que no quieren de cabeza de lista. Ya escribí hace ya bastantes días que estas dos no se lo iban a poner fácil a la gallega, como así está sucediendo. La estrategia se vio claramente en la comparecencia de Pedro Sánchez donde la vicepresidenta segunda, Yolanda Diaz apoyó al gobierno en el envío de armas a Ucrania y el portavoz de Podemos, como si fuera oposición, se posicionó en contra. Una división que se ha ido acrecentando a lo largo de la semana y aún continúa.
Las dos ilustradas deben pensar que el diálogo con el criminal Putin es fácil ¿Por qué no las envían a mirar a los ojos - más fríos que el hielo- a Putin, y seguro que ellas son capaces de convencerlo con sus sonrisas. Las armas son para defenderse, los ucranianos no han invadido Rusia, ellos si. a Ucrania . Esto no es un juego, es la guerra, y hay que luchar con las mismas herramientas en la defensa de las personas y del territorio Durante siglos los gobernantes de cualquier parte del mundo han tenido claro que la diplomacia resulta más eficaz si tienen el respaldo de una fuerza militar creíble. De ahí la famosa frase “para asegurar la paz lo mejor es prepararse para la guerra”.
En una situación tan complicada como la que se está viviendo en el mundo y España no es ajena a ella, que dos ministras del Gobierno se alcen en contra de una decisión tan importante es realmente grave, máxime cuando lo que toca ahora es el consenso y el apoyo a las decisiones del presidente como han hecho los partidos de la oposición. No hacerlo supone una grieta más profunda en el Gobierno y aumenta a la vez la desconfianza al Ejecutivo español por la postura de sus dos ministras, a las que califican de comunistas, que solo piensan en sacar provecho de su postura. Una actitud rastrera que dice muy poco de cómo como personas, aparte de que son unas verdaderas ineptas que lo único que hacen es dar titulares, colocar a sus amigos y amigas, y cambiar de estatus social como se puede comprobar por su patrimonio y su forma de vestir. Lo que toca ahora es que el presidente del gobierno las cese por insolidarias, incompetentes y mirar solo conseguir unos votos de los muchos que ya se les han ido. Decía el escritor y periodista alemán Kurt Tucholsky: “¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo”. Pues eso.
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