Marina Garcés devuelve la filosofía "a las calles" en su nuevo ensayo

La filósofa Marina Garcés ha llevado de vuelta la filosofía al "aire libre y a las calles" en el ensayo 'Filosofía inacabada' (Galaxia Gutenberg) en que lamenta el arrinconamiento institucional que vive esta disciplina que, recuerda, nació de la discusión y de la rivalidad. 

En la presentación del libro recientemente en un acto en la Fundació Tàpies, la profesora de la Universidad de Zaragoza subrayó que la filosofía es "urgente, a la vez que necesaria" y, más allá de un planteamiento teórico, es una forma de vida.

"Tenemos que recoger esta excentricidad porque el saber es compromiso, no es sobrevolador, sino que es concreto", subrayó la experta, que huye de las peanas, retóricas y estetizaciones que marcan el entorno de esta disciplina actualmente, dijo.

"La filosofía nació al aire libre y debe retornar a las calles, y es práctica porque se inscribe en los movimientos sociales", según la autora, que, en la obra, subraya que la filosofía es un pensamiento que, sin fórmulas ni recetas, transforma la vida.

En la obra, explora el lugar de "la filosofía inacabada -que está por venir- en un mundo agotado", sin voluntad de salvarlo, sino de empoderar a lo ciudadanos para hacer el mundo vivible y que la humanidad sea capaz de tomar en sus manos esta apuesta.

La 'Filosofía inacabada' se divide en dos partes muy diferenciadas, en la primera se abordan los retos de la filosofía en un mundo común, expuesto a su "agotamiento", mientras que la segunda incorpora a esta reflexión su lectura de algunos de los principales filósofos del siglo XX.

A su juicio, el XX es un siglo inacabado: "No sólo porque nuestro presente está en continuidad histórica con él, sino sobre todo porque los problemas que el siglo XX ha causado no han podido ser resueltos por sus protagonistas".

"DEL ALMA HACIA EL CUERPO" 

Para Garcés, la filosofía del XX expresa el deseo y la necesidad de ir al encuentro del mundo: "Del sujeto hacia el objeto, del alma hacia el cuerpo, de la teoría hacia la práctica, del sentido hacia la voz, de la totalidad hacia la pluralidad, de la identidad hacia las diferencias, de lo representado hacia lo vivido".

Garcés, que decidió escribir este libro cuando volvió a dar clases de filosofía a la universidad tras un largo periodo de crianza, huye de los historicismos de esta disciplina, y en el acto destacó la necesidad de "encontrar espacios y regalarse a uno mismo la importancia de entender los porqué".

En su opinión, uno de los mayores desafíos pasa por aprender a pensar "desde la amenaza de un final y la vulnerabilidad compartida" en un mundo finito, con una crisis humanitaria y ecológica, que genera impotencia a quienes se plantear vivir de forma coherente.