Monedero, el bolivariano bien pagado por los gobiernos de Chávez y Maduro, quiere imponer sus criterios a Podemos Catalunya con el consentimiento de Pablo Iglesias, el crítico con los métodos de la casta pero que el lo aplica en su partido.
Las bases deciden, todo se somete a votación y Podemos es el partido de los círculos, suele decir el Iglesias podemita. Esa es la teoría, la práctica es bien distinta: imposición desde Madrid y el que se sale de las órdenes bolivarianas se lo cargan dedocráticamente, como está mandado.
Monedero ha estado, otra vez, en Barcelona para hacer de las suyas: darle alas a Óscar Guardingo, el senador que solo trabaja para sí mismo, Jéssica Albiach, la anterior responsable de Podemos Catalunya y cuya gestión fue tan nefasta como su afán de protagonismo. Dos elementos tóxicos con buenos agarres con el sectario Monedero, que quiere que Podemos Catalunya sucumba en el partido de Domènech & ICV sin contar con la opinión de las bases, que están en contra de esta alianza tras estar sufriendo en carnes propias los concejales podemitas las múltiples jugadas de los de ICV en los distintos ayuntamientos que tienen representación. Las bases no están por el pacto; por eso y por muchas cosas más no quieren ni oír hablar del tema. Pero esto ni le interesa ni lo tiene en cuenta Monedero, que le importa un pito lo que piensan y sienten sus compañeros. Él aplica las normas bolivarianas de ordeno y mando.
En su visita a Barcelona, amén de esa rueda de prensa "multitudinaria", se fue a Canet de Mar para participar en un acto, pero no con el círculo de Podemos de esa población, no, sino con la gente de ICV, que tiene machacados a sus compañeros de Podemos. ¿Por qué lo hizo? Por su actitud autoritaria y poco solidaria con sus colegas y porque además quiere cargarse a Fachin, que le está plantando cara y defendiendo la autonomía de Podemos Catalunya ante las injerencias constantes de la "central" de Madrid. Podemos es un partido centralista que sólo le interesa llegar a la Moncloa, la periferia no le tiene el más mínimo interés
La penúltima jugada de Monedero es estar detrás de esos 27 círculos que piden una consultan. Podemos tiene algo así como 124 círculos -¿27 son mayoría?-. Pero además, lo que no explican, es que de 27 hay un número considerable de esos "círculos" que lo pide algún miembro del mismo, sin someterlo a la asamblea, como recoge los estatutos.
La intoxicación constante, las maniobras en la oscuridad y el puente casi diario son las estrategias de Monedero para desgastar a Fachin. Lo que no cuenta el dirigente centralista es que hay muchos círculos que están hasta la gorra morada de la dirección estatal y su enviado especial Torquemada. Lo que no valoran es que hay ejemplos en Andalucía y Galicia de que tanto apretar la situación se les puede ir de las manos.
Más democracia interna, más consultar y menos política mediática, Torquemada.
Escribe tu comentario