No cabe ninguna duda, el gran ganador de la jornada es el Frente Amplio (FA). Beatriz Sánchez obtuvo 1.336.622 votos, representando el 20,27% y ubicándose en un contundente tercer lugar. Sólo 159.938 votos de diferencia del candidato de oficialismo, una mínima diferencia con los partidos tradicionales de la izquierda y el centro chileno que gobiernan hace décadas.
Además, triunfó en la Región Metropolitana y Valparaíso, imponiéndose en los centros urbanos más importantes. Y obtuvo mayoría en varias de las comunas más populares y grandes de la capital. Demostrando que no tan sólo fue la tercera fuerza, sino que expresó realmente una ruptura masiva con los partidos del régimen.
Por eso terminando la jornada del domingo, quedó claro que el FA representa a una franja de masas, que coronó el día con la obtención de 20 diputados (el 13% de la Cámara Baja), un senador y 19 cores. En su primera elección presidencial y parlamentarias el FA arrasó.
El FA canalizó la bancarrota de la Nueva Mayoría, de los partidos tradicionales de la izquierda y el centro. La ruptura con estos partidos históricos, a propósito de sus continuas traiciones a las luchas, y de su defensa acérrima de la herencia de Pinochet, ha arrastrado a millones hacia la abstención o la búsqueda de nuevas alternativas... y ahí encontró al FA.
Los motivos del triunfo no surgieron en la campaña electora y no son precisamente producto del programa o la política del FA. El gobierno de Bachelet no cumplió con las expectativas de cambios que tenían quienes votaron por ella. Las reformas empujadas por este gobierno terminaron en meros cambios cosméticos que han dejado las cosas tal como estaban antes. No hubo asamblea constituyente, la reforma laboral empeoró las condiciones para la lucha sindical, la gratuidad estudiantil es una migaja y permanece el lucro, entre un gran etc.
Esta política de constante apoyo a los patrones prácticamente liquidó la presencia de la Nueva Mayoría a nivel estudiantil, y ese espacio lo ha venido ocupando el FA en los últimos años. Parecido al caso de No+AFP que es dirigido por un sector proclive al FA, que es un contrapunto sindical a la crisis histórica que vive la CUT dirigida por la Nueva Mayoría.
El FA tiene el mérito de levantarse como una alternativa unitaria frente a la crisis de representatividad que vive el país y aprovechó el espacio. La ruptura con los viejos partidos abrió expectativas y hacia la izquierda apareció el FA como una parada posible para miles de desencantados.
La necesidad de cambio que hace años abrió un clima de polarización política en el país, ha vuelto a reflejarse en estas elecciones. El FA es un producto de años de lucha y ruptura política, no su autor. Pero este producto ha venido mostrando límites en su programa y política. Su constante negativa a declararse de izquierda y anticapitalista, se combina con el tibio programa que presentó para las elecciones. Plantea asamblea constituyente y no más AFP, pero en todos los otros aspectos llega a medio camino de los cambios que necesita el país: en educación, salud, trabajo, pueblos originarios e inmigrantes.
Pero, sobre todo, viene poniendo por delante la necesidad de dar la lucha desde el parlamento y la institucionalidad, dejando de lado la necesidad de la movilización y la organización del pueblo y los trabajadores. Conteniendo la masiva y progresiva ruptura en los estrechos márgenes de la institucionalidad pinochetista defendida por la Nueva Mayoría y la Derecha.
Estos límites hacen retroceder el incuestionable triunfo que han obtenido, porque desvían la fuerza social y política que ha hecho posible este fenómeno hacia las garras de este podrido régimen. Y es necesario reponer el camino. No vamos a terminar con las AFP tan sólo oponiéndonos en el congreso. Si la nueva bancada frenteamplista busca dar esa lucha, podría ser un aporte siempre y cuando el eje sea la organización y la movilización en las calles. Y lo mismo con las otras demandas sentidas por los trabajadores, estudiantes, las mujeres y los pueblos originarios.
El FA se comprometió en su programa a terminar con las AFP. Es necesario que ya entreguen una propuesta de cómo vamos a luchar, en conjunto con el No+AFP y con un llamado amplio a la unidad con esta lucha. Se comprometió a la asamblea constituyente y estamos expectantes ante la presentación de ese proyecto en el congreso y un plan de lucha para exigirla en las calles. Así con la educación gratuita, la salud gratuita, los derechos de las mujeres y la autonomía de los pueblos originarios.
Es necesario terminar con el patronal código laboral, con la subcontratación, contratos a plazo fijo, tercerización y bajos sueldos en el país. Hay que echar de los sindicatos a los dirigentes vendidos, y ayudar a terminar con a histórica traición de la CUT, dando nacimiento a una nueva central que nos reúna a todos y se ponga a la cabeza de todas las luchas.
Creemos que la única manera real de luchar contra la derecha está en las calles. De luchar contra los empresarios, y contra sus funcionarios de la Nueva Mayoría. El triunfo del FA será una conquista del pueblo y los trabajadores si se pone a la cabeza de las tareas planteadas hace años por las movilizaciones, si se transforma en un referente de lucha.
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