Un 'Westfield' diferente. El renacer del Splau como cento comercial familiar y de proximidad
Hoy, Splau ha dejado atrás ese enfoque globalizado para abrazar un modelo más cercano, familiar y, sobre todo, con marcas y tiendas más acordes al público venidero.
Hace apenas unos años, el centro comercial Splau lucía con orgullo el emblema de Westfield adjunto a las cuatro estrellas, distintivo de un centro "top class" gestionado por uno de los mayores grupos internacionales del sector: Unibail-Rodamco-Westfield (URW).
Bajo esa insignia, el centro de Cornellà aspiraba a posicionarse como un referente global en compras, ocio y restauración. Sin embargo, los tiempos cambian, y con ellos también lo hacen las estrategias. Hoy, Splau ha dejado atrás ese enfoque internacional para adoptar un modelo más local, familiar y alineado con las preferencias del público de su entorno.
Un modelo que no encajaba con la zona
Desde 2022, URW ha intentado vender el centro como parte de su estrategia para reducir deuda y centrarse en activos más grandes y rentables. Para ello, confió en la consultora Cushman & Wakefield con el objetivo de obtener unos 350 millones de euros por la operación. Aunque hubo conversaciones avanzadas con el fondo alemán ECE —controlado por la familia Otto, una de las más influyentes de Alemania—, la operación no prosperó debido a la incertidumbre económica y al aumento de los tipos de interés. Desde entonces, Splau se ha convertido en un activo incómodo para el grupo, un centro del que quieren deshacerse.
'Ser Westfield sin parecerlo'
Aunque en la fachada aún se conservan las cuatro estrellas que distinguen a los centros Westfield, en la práctica ya no queda rastro de esa identidad. A diferencia de otros centros gestionados por URW como La Maquinista o Les Glòries, Splau ha quedado relegado a un segundo plano dentro de la estrategia del grupo. Su reorientación ha estado marcada por un enfoque más próximo y menos ambicioso, pero más adaptado a la realidad local.
Bajo la dirección de Ricard Doga, exresponsable de Westfield Les Glòries, Splau ha apostado por centrarse en la experiencia del visitante, con un foco claro en las familias. El objetivo: convertirse en un punto de encuentro accesible, cercano y único para los vecinos de Cornellà y de los municipios colindantes. Según indican desde la dirección actual, esta nueva visión se refleja en muchos aspectos: la comunicación del centro ha dejado atrás su estilo corporativo para adoptar un tono más cálido, cotidiano y próximo. Las campañas publicitarias apelan a escenas familiares como 'venir a dar una vuelta con los peques' o 'ver una peli después de cenar'.
La zona de restauración, con su diseño al aire libre, se ha convertido en un lugar ideal para compartir en familia o con amigos. Además, su cercanía con el RCDE Stadium del Espanyol sigue siendo un punto de atracción para los aficionados, reforzando su papel como hub social en la zona.
Un centro con alma
A diferencia de otros centros más impersonales, Splau ha tenido que adaptarse a las verdaderas necesidades de su entorno para sobrevivir. Ya no compite por atraer al turista o al visitante de alto perfil, sino que se ha consolidado como un centro comercial de proximidad, con un carácter casi 'vecinal'. Esa cercanía ha generado una fidelidad difícil de conseguir: familias que lo visitan cada semana, jóvenes que lo eligen como punto de encuentro en sus terrazas y vecinos que lo consideran parte de su rutina diaria.
Habrá que ver si este modelo, más modesto pero más realista, logra consolidarse como una apuesta firme de presente y futuro. O sí, con la llegada de un nuevo comprador, todo vuelve a cambiar.
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