La llegada de Illa a la Generalitat podría impulsar la ampliación del Aeropuerto del Prat

La ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat toma un nuevo impulso con la llegada de Salvador Illa y el PSC al Govern de Cataluña. A medida que el aeropuerto de Madrid-Barajas avanza con una inversión superior a los 2.000 millones de euros para su expansión, la situación del aeropuerto catalán ha estado estancada desde 2021, generando incertidumbre sobre el futuro de sus instalaciones. Sin embargo, el cambio político en la Generalitat podría reactivar los planes del gestor aeroportuario Aena, que incluyen el alargamiento de una de las pistas, la construcción de una nueva terminal satélite y una inversión de 1.700 millones de euros.

El PSC ha mostrado su apoyo a estos proyectos desde su campaña electoral, donde destacó la necesidad de transformar Barcelona en un nodo regional de conexión aérea. La última ampliación del aeropuerto se realizó en 2009, cuando se inauguró la Terminal 1, con una capacidad máxima estimada de 55 millones de pasajeros. Sin embargo, la alta especialización en vuelos de bajo coste ha limitado el potencial del aeropuerto, que en ocasiones se encuentra al borde de su capacidad operativa.

Una de las propuestas más controvertidas es la extensión de la pista del mar en 500 metros, que permitiría el uso de aviones de mayor tamaño para vuelos transoceánicos. Actualmente, la infraestructura del aeropuerto presenta limitaciones: la pista del mar es demasiado corta para las aeronaves más grandes, mientras que las otras dos pistas enfrentan problemas de operatividad y ruido que afectan a las comunidades cercanas. El PSC ha hecho suya la propuesta de Aena y ha planteado incluso la posibilidad de extender la pista en 840 metros.

A pesar del apoyo del PSC, el camino hacia la expansión no está exento de desafíos. ERC, que forma parte del actual gobierno, ha dejado claro que su apoyo es limitado, centrándose en mejoras de las instalaciones sin comprometerse a una expansión completa. Este conflicto podría complicar las negociaciones que el PSC ha estado llevando a cabo con el Gobierno central, que son cruciales para la implementación de los planes de Aena.

Además, la coalición de Illa deberá considerar la opinión de los Comunes, que se han opuesto a cualquier ampliación que afecte zonas protegidas. En el pasado, este partido, junto a otros grupos, ha mostrado resistencia a la expansión del aeropuerto, lo que añade otra capa de complejidad a las negociaciones políticas. A pesar de estos desafíos, existe un apoyo mayoritario en el Parlament para la ampliación, aunque no necesariamente de las formaciones que respaldan al PSC.

Con la presión creciente, los expertos advierten que el Gobierno catalán debe tomar una decisión definitiva sobre la ampliación antes de 2025. Este año es clave, ya que Aena debe preparar su próximo Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA), que incluirá inversiones y tarifas. Sin un compromiso claro, existe el riesgo de que Barcelona pierda su competitividad frente a otros aeropuertos europeos que buscan atraer vuelos intercontinentales.

En resumen, la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat está en un momento crucial. La nueva dirección política del PSC podría ser el catalizador necesario para reactivar un proyecto que ha estado en pausa durante demasiado tiempo. Sin embargo, los desafíos políticos y ambientales continúan acechando, y el tiempo se agota para que se tomen decisiones que marquen el futuro del aeropuerto y, por ende, de la economía catalana.

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