La peculiaridad en el funcionamiento del Aeropuerto del Prat: ¿Qué lo hace único respecto del resto del mundo?

El Aeropuerto del Prat cuenta con tres pistas: dos cortas y una larga. En la mayoría de aeropuertos del mundo, la lógica operativa dicta que los aviones despeguen desde la pista más larga—ya que en ese momento pesan más y requieren más distancia—y aterricen en las más cortas, dado que llegan con menos peso.

Sin embargo, en El Prat ocurre lo contrario. Según explica Ramon Vallès, comandante de líneas aéreas y experto en investigación de accidentes, las quejas de los vecinos de las zonas de sobrevuelo llevaron a un juez a imponer una operativa distinta: la pista larga se usa para aterrizajes y las cortas para despegues. “Es el único aeropuerto del planeta donde se hace al revés”, señala Vallès en declaraciones a Versió RAC1.

Esta decisión, que responde a presiones vecinales más que a criterios operativos, tiene un impacto significativo en la eficiencia del aeropuerto. “Si cambiáramos esta operativa, probablemente no haría falta construir una nueva pista”, sostiene el comandante. En su opinión, el problema radica en una gestión ineficiente que limita el rendimiento de la infraestructura existente.

Un ejemplo de estas dificultades se da con los aviones de gran tamaño. Vallès explica que los pilotos de estos aparatos a menudo deben solicitar una excepción a la normativa, ya que no pueden despegar desde una pista corta. Si hay un alto volumen de llegadas, estos aviones pueden quedar retenidos en el punto de espera más tiempo del deseado, afectando la fluidez del tráfico aéreo.

Modificar la operativa actual no solo aumentaría la capacidad del aeropuerto, sino que también tendría beneficios medioambientales, concluye Vallès. En lugar de centrarse en la ampliación de El Prat, sugiere optimizar primero su gestión para maximizar su eficiencia.

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