Jordi Morales: "París 2024 podrían ser mis últimos juegos"
El esparreguerino Morales sigue con su preparación para los Juegos Paralímpicos de París 2024, la que sería su séptima participación en unas olimpiadas. Tras París, Morales decidirá si sigue con la práctica del tenis mesa al más alto nivel o si, por el contrario, decide poner punto y final a su ya larga trayectoria deportiva.
Morales es un auténtico espejo en el que los jóvenes, no sólo de Esparaguera, sino de toda Catalunya y España pueden mirarse. Nacido con una enfermedad congénita, los doctores pensaban que no podría andar, pero su positivismo y coraje le hicieron tirar hacia delante.
El jugador irrumpió en la escena deportiva internacional con precocidad y con sólo 14 años, y con poco más de un año y medio en el deporte adaptado, el verano del año 2000 recibió la invitación de última hora para participar en los Juegos Olímpicos de Sídney. Tras Sídney, el palista del Baix Llobregat no ha dejado de acumular participaciones y medallas internacionales que le han situado entre los mejores del mundo año tras año. Tras París 2024 podría dejar el tenis mesa de alto nivel en función de las sensaciones que tenga y por ello quiere poner el broche final con una gran participación.
¿Quién es Jordi Morales?
Es una pregunta difícil. Soy un deportista paralímpico de 37 años, una persona muy optimista y positiva ante la vida. Soy una persona que nació con una discapacidad que es congénita que por lo tanto es para toda la vida, y que tiene una forma de entender la vida con mucha ambición y mucho optimismo, intentando ver siempre las cosas buenas de todo.
¿Cómo recuerdas tu infancia?
La recuerdo como muy inclusiva. Fui a una escuela de gente sin discapacidad, por lo que mi grupo mayoritario de amigos ha sido siempre de personas que no tienen ningún tipo de discapacidad. En la escuela siempre me ayudaron a superar cualquier dificultad que podía tener. Al final todos los recuerdos que tengo son muy positivos.
Cuando naciste hasta los médicos pensaron que tal vez no podrías ni caminar.
Sí, cuando nací pasé por una operación de vida o muerte. Después en el primer momento, por la malformación que se me generó, la primera idea era que yo no podría andar. Mis padres encontraron una persona que era capaz de creer que porque no podría yo andar y al final, aunque con una edad más avanzada que una persona que no tiene ningún tipo de limitación, pude andar. Y no solo pude andar sino que puedo practicar un deporte de alto nivel.
"Cuando nací pasé por una operación de vida o muerte. Después en el primer momento, por la malformación que se me generó, la primera idea era que yo no podría andar "
¿Cómo empezaste en el tenis mesa?
Mis inicios fueron el Club Esportiu Tenis Taula Esparraguera con seis años. Empecé en el tenis mesa porque yo hacía natación para la rehabilitación pero no me acababa de convencer. Todos mis amigos de la escuela hacían tenis mesa porque era un deporte muy popular en el pueblo, y entonces yo dije a mis padres que quería probarlo. Entre que es un deporte bastante inclusivo y la empatía que encontré del entrenador hizo que siguiera escalando y continuara mi trayectoria deportiva ahí.
¿Has sentido en algún momento que alguien no valorara el mérito de lo que haces por la discapacidad?
Sí, evidentemente sientes muchas veces impotencia cuando piensas que hay cosas que no las puedes hacer mientras otros si que pueden hacerlas y que esto es una dificultad añadida que muchas veces no se tiene en cuenta. Pero en general estoy muy satisfecho y muy contento de lo que he tenido. Le doy un poco la vuelta y todo, a veces las personas que te ven de una forma diferente incluso te lo tomas con un poco de humor. Yo al final tengo claro que mi discapacidad me ha aportado más cosas positivas que no las que me ha podido quitar. Tengo 37 años y si tuviera que nacer otra vez, quiero nacer de nuevo con la discapacidad porque me ha permitido vivir cosas que sin la discapacidad no las pudiera haber vivido.
"Tengo 37 años y si tuviera que nacer otra vez, quiero nacer de nuevo con la discapacidad porque me ha permitido vivir cosas que sin la discapacidad no las pudiera haber vivido"
Los inicios fueron realmente muy buenos, y hasta llegaste a ir con la delegación española para competir en los Juegos Paralímpicos de Sídney del año 2000 con tan solo 14 años. Aún así, luego pasaste unos años en los que los resultados no acababan de llegar. ¿Cómo gestionaste la situación, pensaste en dejarlo?
Sin duda. En la carrera de un deportista de alto nivel hay muchas más decepciones que no alegrías. Siempre me preguntan si alguna vez me he planteado retirarme y siempre respondo que cada temporada me lo planteo diez veces. Siempre que hay una decepción te pasa por la cabeza retirarte. Hubo unos primeros intentos de querer dejarlo, no del todo, pero sí sin dedicarme tanto, cuando veía que no obtenía resultados y además no había un reconocimiento que nos reconociera como profesionales o semiprofesionales. Era completamente amateur y me planteaba si me compensaba.
"Siempre que hay una decepción te pasa por la cabeza retirarte"
Con la entrada del Plan ADOP del Comité Paralímpico que nos permitió entrar en el CAR y tomarnos más en serio. Sí que es verdad que hubo unos años que a nivel individual no obtenía resultados, pero sí que ganaba alguna medalla por equipos que me daba la energía para seguir probándolo. Al final la buena llegó en 2018.
¿De dónde sacas la motivación día a día para seguir compitiendo tras tantos años?
En el hecho de que pienso que puedo ser mejor. Si vengo a entrenar cada día es porque pienso que puedo mejorar. Evidentemente, a día de hoy, ya no son grandes cosas, pero sí que hay pequeños detalles. El tenis mesa es un deporte muy complejo que tiene muchas cosas que lo integran que tiene cosas que se pueden mejorar. Siempre tengo la ambición de querer ser un poco mejor y ser mejor que el día anterior.
"Evidentemente no puedes quedarte en el pasado y vivir de ello, pero a veces mirar hacia atrás es necesario. Siempre digo que a veces hay que mirar hacia atrás para darte impulso hacia delante"
Has conseguido varias medallas en los Juegos Olímpicos y el Mundial del 2018, entre otros. ¿En algún momento miras hacia atrás para ver todo lo que has conseguido?
Sí, muchas veces, sobretodo en momentos de decepción cuando las cosas no te salen. El deporte muchas veces es cruel, te puedes preparar muy bien, pero llega la competición y te lo juegas todo en cosa de pocos minutos. En aquel momento de dificultad le das más valor a todo aquello que has conseguido. Cuando todo va rodado parece sencillo. Quedas campeón del mundo y en el primer momento no eres consciente de la magnitud que supone. A veces necesitas perder o llevarte una decepción para ver que lo que hiciste tenía mucho mérito. Evidentemente no puedes quedarte en el pasado y vivir de ello, pero a veces mirar hacia atrás es necesario. Siempre digo que a veces hay que mirar hacia atrás para darte impulso hacia delante.
¿Te sientes orgulloso de todo lo que has conseguido?
Sí, me siento muy orgulloso de todo y sobretodo de lo que he vivido. Soy un privilegiado. He tenido una experiencia en mi carrera deportiva brutal y he vivido experiencias que muchos seres humanos no han tenido esta suerte. Ha sido increíble todo lo que he vivido con la gente y como me he sentido recompensado por las personas que veo que me admiran es realmente muy reconfortante. Más allá de los éxitos deportivos, todos estos momentos que he podido vivir me las llevaré para siempre. Soy un auténtico privilegiado.
"Más allá de los éxitos deportivos, todos estos momentos que he podido vivir me los llevaré para siempre. Soy un auténtico privilegiado"
Hace podo conseguiste una medalla de bronce en los Mundiales en categoría de equipos, lo que supuso un hecho histórico, ya que se trataba la primera vez en la historia que una delegación española la conseguía en esa categoría. ¿Cómo valoraste este hito?
Muy orgulloso. Cada vez cuesta más. Tanto para mi compañero como yo, que además él tiene una enfermedad degenerativa y cada vez tiene más dificultades, alcanzar un éxito es cada vez mucho más difícil. Además, era un sistema de competición nueva en la que no éramos cabeza de serie, por lo que sabíamos que habría una ronda en la que nos vendría alguien muy difícil. Pero nosotros siempre hemos creído mucho en el trabajo en equipo y el uno en el otro. Esto nos da energía para empezar a pensar en París 2024 y pensar que alguna cosa grande aún puede pasar.
¿Qué le dirías a aquél Jordi Morales que empezó de pequeño a practicar deporte y a jugar a tenis mesa?
El consejo que doy a cualquier niño joven, o en general persona, es una cosa que a mi me ha acompañado mucho. Siempre digo que cuando hay una cosa que una persona no la puede hacer que sea porque realmente la ha comprobado, ha probado, ha insistido y se ha esforzado. A veces puede pasar que no se pueden conseguir. A mí me ha pasado que hay cosas que he probado y no las he podido hacer, pero nunca he dejado de hacer ninguna cosa porque una persona de mi entorno o del exterior me haya dicho que no lo haga porque no lo podría conseguir. Si hay una cosa que no he podido hacer ha sido porque realmente lo he comprobado y me he puesto. Este es el consejo que doy siempre.
"Siempre digo que cuando hay una cosa que una persona no la puede hacer que sea porque realmente la ha comprobado, ha probado, ha insistido y se ha esforzado"
Estamos en un mundo donde el entorno contamina mucho y nos entran muchos imputs que nos dicen ‘no hagas esto, vigila’. No sólo en discapacidad, sino en general a la juventud de hoy en día. Olvidémonos de esto. Lo intentas, lo pruebas y lo das todo. Habrá decepciones porque habrá cosas que no conseguirás, pero a veces también consigues milagros y pasan cosas que piensas que no habrías conseguido nunca y acaban sucediendo.
Desde los 14 años, llevas asistiendo a los Juegos Olímpicos regularmente. Hasta el momento ya has participado en Sídney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020. ¿A partir de ahora cuáles son los principales retos que te planteas?
Sin duda, tras el campeonato del mundo que ha acabado recientemente, el principal reto es París 2024. París 2024 podrían ser mis últimos juegos. Nosotros lo daremos todo pensando en esta idea de que ahí será un punto y final, y por tanto acabar de poner toda aquella energía que aún nos quede de carrera deportiva a intentar dar lo máximo y vivir una experiencia magnífica. Evidentemente la experiencia magnífica pasa también por ir ahí y ser competitivos y no vayamos a estar ahí. Queremos ser competitivos que es lo que a nosotros nos gusta y lo que más nos aporta.
"Lo daremos todo pensando en esta idea de que ahí será un punto y final, y por tanto acabar de poner toda aquella energía que aún nos quede de carrera deportiva a intentar dar lo máximo y vivir una experiencia magnífica"
¿Has pensado en dejarlo antes de llegar a los juegos?
Hay muchas etapas de la vida. Ya no es solo como te sientas y de si ganas o no, sino que por estar en el mundo del alto rendimiento dejas de hacer también otras cosas en la vida a nivel profesional, personal y familiar. Empiezas a tener una edad que a lo mejor dices que ya no quieres seguir invirtiendo todo lo que invierto en el deporte porque ya no me compensa. Lo que sí que tengo muy claro es que no me quiero ver arrastrándome en una mesa de tenis mesa. Hasta mi último día quiero seguir siendo competitivo. Si veo que a partir de un cierto momento, después de los Juegos de París, no soy competitivo tranquilamente diré que no continúo o que continúo de otra manera. Pero creo que ya he vivido mucha carrera deportiva y no tengo la necesidad de continuar mucho más.
¿Cómo viviste aquellos primeros juegos con 14 años?
Lo viví en una nube. Primero de todo yo ni me había clasificado, sino que me dieron una wild card de la que me enteré un mes y medio antes. Solo llevaba un año y medio jugando en el deporte adaptado. Fue una locura. Además eran en Australia. Hubo una locura a nivel de mi escuela y de mi pueblo. A día de hoy toda esta locura ya la llevas bien, pero en aquel momento fue de mucha tensión y muchos nervios. Fue una experiencia inolvidable y magnífica.
"Yo hago todo lo posible para que mis problemas de movilidad no sean tan visibles. Si muevo a la otra persona sé que es más difícil que me pueda mover
a mí"
En un deporte como el tenis mesa, que requiere de movilidad, ¿cómo solucionas las carencias que puedas tener por la discapacidad?
Siempre pongo ejemplos con otros deportes. En el caso del tenis si un jugador tiene problemas con el revés, hace todo lo posible para que no le vengan pelotas al revés. Yo hago todo lo posible para que mis problemas de movilidad no sean tan visibles. Si muevo a la otra persona sé que es más difícil que me pueda mover a mí. La ventaja de este deporte es que es muy complejo porque es un deporte que es muy técnico, psicológico y estratégico, así que la limitación física se puede tapar de alguna manera.
Hablabas de la situación en la que practicáis deporte y el bajo nivel de profesionalismo que teníais ¿Cómo de importante son las becas y ayudas económicas de las entidades y organismos públicos para promover el deporte adaptado?
Son fundamentales y esenciales. Sin las ayudas los éxitos no llegarían. En el mundo paralímpico tenemos el hándicap que a nivel de patrocinadores prácticamente no tenemos ninguno, excepto casos de algún deportista que a lo mejor tiene a uno. Pero en principio nadie tiene patrocinador. A nivel de clubes, somos deportistas que no cobramos, por lo que todas las ayudas nos vienen a través del Comité Paralímpico a través de la beca ADOP. Es nuestra manera de vivir que nos permite dedicarnos a esto y no tener que dedicarnos a otras cosas que no nos permitirían dedicarnos para estar en el más alto nivel. Los que somo catalanes tenemos la oportunidad de estar en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat con todos los servicios y todas las instalaciones que evidentemente es un plus que otros no tienen y es diferenciador.
" El club de Esparraguera, más que mi segunda casa, es mi segunda escuela porque me ha inculcado muchos valores. Gran parte de lo que Jordi Morales es hoy en día es gracias al club"
¿Qué significa para ti el club de Esparraguera?
El club de Esparraguera, más que mi segunda casa, es mi segunda escuela porque me ha inculcado muchos valores. Gran parte de lo que Jordi Morales es hoy en día es gracias al club y todas las personas que me he encontrado allí.
¿Cómo puede ayudar el deporte a las personas que tienen algún tipo de discapacidad?
Desde una manera totalmente integral. Primero desde un punto de vista físico, yo aquí he conocido y superado unos límites que yo no pensaba que no tenía en temas de movilidad, fuerza y equilibrio muy altos que si no llega a ser por el alto nivel no hubiera conocido. Desde un punto de vista social nos hace abrirnos más e integrarnos en la sociedad porque en muchas ocasiones hay un poco de exclusión y marginación. Otra cosa muy importante cuando llegas al alto nivel es el hecho de ser reconocidos por una capacidad.
"Los deportistas de alto nivel también tenemos una responsabilidad que es la de transformar la sociedad para que entienda que su sociedad debe ser más inclusiva"
Estamos en un mundo que lo primero que ves de una persona con discapacidad es su limitación y su discapacidad. Por ejemplo, en mi caso, Jordi Morales lo primero que piensa todo el mundo es en un jugador de alto nivel de tenis mesa, no en una discapacidad. Esta y se habla. No hay ningún tipo de inconveniente, pero el hecho que una en una sociedad donde lo primero que piensan de uno es en la discapacidad, ser reconocido por una gran capacidad, a nivel de autoestima, de reconocimiento y de valor para las personas con discapacidad tiene un valor incalculable.
¿ Crees que como sociedad podemos dejar de compadecernos por una persona con discapacidad y ver a un deportista?
Sí, evidentemente que podemos. Lo tengo clarísimo, sino no estaríamos haciendo todo lo que estamos haciendo más allá del deporte. Los deportistas de alto nivel también tenemos una responsabilidad que es la de transformar la sociedad porque entienda que su sociedad debe ser más inclusiva en el sentido de que la persona con discapacidad no se be adaptar a su normalidad, sino que lo que se tiene que hacer es coger y transformar la normalidad para que la persona con discapacidad forme parte. Esto es el modelo realmente inclusivo. Se han hecho pasos y se está evolucionando, pero aún hay muchos pasos por dar. No sé si lo veremos, pero seguro que contribuiremos.
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