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La dura historia del "senegalés santboiano" que un día pidió jugar al futbol en Santa Coloma de Cervelló

Todas las historias humanas tienen un comienzo y Abdou conoció a sus benefactores tras pedir que le dejaran participar en el entreno del viernes en el equipo de fútbol de Santa Coloma de Cervelló

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Senegalessantboi
Captura del CV de Abdou compartido en Linkedin 01/04/2025

 

En esta pequeña población del Baix Llobregat, entre los ritmos cotidianos de la vida, una simple pregunta condujo a una profunda revelación. "¿Podría ducharme?" preguntó Abdou, una petición tan básica, que apenas llamó la atención de quienes la escucharon. Poco sabían aquellos que le ofrecieron esa sencilla oportunidad de la profundidad de la historia que se escondía detrás de este senegalés afincado en Sant Boi de Llobregat.

 

Mientras caminaban con Abdou hacia lo que asumían que era su hogar, la verdad comenzó a desentrañarse. "¿Dónde vives?" le preguntaron. "Aquí, en el pueblo", respondió. Pero cuando llegaron a la altura de la farmacia local, simplemente se sentó en el banco de enfrente. "Me quedo aquí". Eran las nueve de la noche.

La confusión se extendió entre el grupo que lo acompañaba. "¿Vives aquí?" repitieron, sus voces cargadas de incredulidad. "Sí. Llevo cinco días aquí", confirmó Abdou, con su castellano aprendido durante los últimos meses.

 

"¿En este banco?" La pregunta quedó suspendida en el aire, pesada con el peso de lo inimaginable. Durante cinco largas y frías noches, Abdou había soportado todas las inclemencias del tiempo, la niebla helada y la lluvia implacable, siendo su único refugio la dureza implacable de un banco público.

 

Sin embargo, en medio de esta adversidad, el espíritu de Abdou permaneció notablemente resiliente. "Me gusta mucho tu pueblo. Es muy bonito. Tiene campos para trabajar, es bonito. Yo sé electricidad y pintor, con mi padre trabajé en Senegal".

 

Los corazones de aquellos que escuchaban empezaron a comprender la realidad de Abdou. "Pero tus padres, ¿dónde están?" "En Senegal. Vine en cayuco en octubre a El Hierro. Ahora ya no soy menor, no puedo estar en un centro de menores".  Porque Abdou es cruda realidad de algunos "menas" ( menores no acompañados) a los que el sistema deja en la calle al cumplir la mayoría de edad.

 

"¿Estás solo?" La pregunta, llena de una mezcla de miedo y compasión, fue respondida con una respuesta que ofrecía un rayo de esperanza. "No, ahora ya no. Sois mis primeros amigos, gracias".

 

Abdou había estado jugando y entrenando con ellos, y ya era una parte integral del equipo local. Lo habían visto como uno más.  Pero en ese momento, se dieron cuenta de que Abdou era único, su historia de vida es un crudo recordatorio de las vastas disparidades que existen también en la comarca.

 

Un metafórico cayuco había atracado en sus corazones, trayendo consigo el peso del viaje de Abdou. Se enfrentaron al privilegio que siempre habían dado por sentado, las ilimitadas oportunidades que disfrutaban en comparación con la dura realidad de un joven cuya única diferencia era su lugar de nacimiento.

 

Abdou no tenía un techo sobre su cabeza y aquella noche para él se encontró una solución temporal, pero la incertidumbre permaneció. Un mensaje de WhatsApp de gratitud  tras esa y un currículum compartido en linkedin son el testimonio vivo de la determinación de Abdou de construir una vida nueva en la comarca que tanto le gusta.

 

Un rayo de esperanza en mitad de la incertidumbre

 

Los servicios sociales están trabajando para encontrarle alojamiento, pero su edad presenta un desafío. Él es, después de todo, solo un joven que ama la vida, ansioso por aprender y que finalmente ha encontrado una razón para sonreír a tan corta edad.

 

Esta historia es una llamada a la acción. Es una súplica de ayuda de sus benefactores para encontrarle a Abdou un lugar al que pertenecer, una oportunidad para echar raíces y construir un futuro junto a sus nuevos amigos. El objetivo es una vida digna, una vida donde un joven no tenga que dormir en un banco.

 

En un mundo donde la retórica divisiva a menudo domina, la historia de Abdou es un poderoso antídoto. Silencia las voces de la xenofobia con la simple verdad de la conexión humana y el deseo compartido de una vida mejor. Nos recuerda que, bajo la superficie de la diferencia, todos estamos unidos por nuestra común humanidad.

 

La historia de Abdou no se trata solo de supervivencia; se trata del poder de la empatía, la importancia de la comunidad y la inquebrantable esperanza de un futuro más brillante. Es una historia que merece ser contada, compartida y sobre la que se debe actuar.

 

Este martes, según ha podido saber Vilapress, la coordinación de los servicios sociales tanto de la Palma de Cervelló como de Sant Boi de Llobregat han hecho posible dibujar un rayo de luz entre tanta oscuridad y han logrado integrar a este senegalés "en un plan de formación inicial de cuatro meses" . Además, esta semana al menos estará alojado en una vivienda acompañado por un adulto miembro de una asociacion de refugiados local.
 

Gracias a todos los que se han implicado, la vida de Abdou empieza a dar un giro de 360 grados.

 

Seguiremos informando...

 

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