La Plataforma Vecinal "Salvem El Barco" de Esplugues denuncia irregularidades en la demolición
Además, han relatado la situación de las familias desalojadas
La Plataforma Vecinal "Salvem El Barco" ha hecho pública su "profunda tristeza e indignación" tras el reciente derribo del edificio conocido como "El Barco", una de las construcciones más emblemáticas de Esplugues y el Baix Llobregat. Este acto se llevó a cabo el pasado 26 de agosto de 2024, justo cinco meses después del desalojo forzado de sus 38 familias residentes. En un comunicado, la asociación denuncia que en su opinión el proceso de demolición no se realizó de manera adecuada y que la administración local ha incurrido en múltiples presuntas "irregularidades".
La Plataforma, constituida el 28 de noviembre de 2020, había luchado por preservar este edificio, que fue construido entre 1949 y 1951 por el arquitecto Climent Maynés. Según afirman, “hemos perdido esta batalla contra el Gobierno del PSC y Comunes, que ha priorizado sus intereses políticos sobre el bienestar de las familias”. La asociación destaca que la demolición se realizó sin previo aviso, provocando caos y angustia entre los vecinos.
NO HAY ALTERNATIVAS HABITACIONALES
La Plataforma Vecinal "Salvem El Barco" ha expresado su profunda preocupación por "la falta de implicación de los servicios de educación y servicios sociales en el bienestar de las familias afectadas" por el desalojo del edificio "El Barco". La Comunitat Educativa de Esplugues ya manifestó su inquietud por la situación de los menores, muchos de los cuales están matriculados en escuelas e institutos locales, pero que a partir de septiembre "se verán obligados a vivir lejos de la ciudad, lo que afectará su continuidad educativa, especialmente en el caso de aquellos que presentan necesidades educativas especiales o discapacidad".
Además, la situación de la población anciana también les preocupa, ya que denuncian que no han recibido atención emocional ni médica tras el desalojo, "lo que ha llevado a algunos a ser hospitalizados debido al estrés y la ansiedad provocados por esta situación".
Por otro lado, han relatado la "preocupante" realidad habitacional de las familias del Barco. A pesar de que en mayo de 2024 el Ayuntamiento afirmó que el 80% de las familias ya tenía una solución habitacional estable, desde la Plataforma Vecinal denuncian que 21 familias seguían viviendo en hoteles o aparthotels, lo que según ellos "demuestra la falta de veracidad en estas afirmaciones".
Según han explicado, "solo el 10,5% de las 38 familias pudieron quedarse en Esplugues, mientras que el resto fue reubicado en barrios de Barcelona como La Bordeta, El Born o Vallcarca, alejándose aún más de una solución habitacional estable". Al menos 16 familias se han quedado sin derecho a realojamiento, y muchas han tenido que aceptar indemnizaciones mínimas para intentar conseguir una vivienda, han denunciado.
Adicionalmente, según han explicado, la Agència de l'Habitatge de Catalunya ofreció la posibilidad de unirse al "Programa de Reallotjament", que permitiría alquilar viviendas en Esplugues con apoyo financiero del Govern, propuesta que, aseguran, ha sido ignorada por el Ayuntamiento.
UN EDIFICIO QUE DEBÍA SER UN ESPACIO VERDE
El edificio estaba incluido en el Plan General Metropolitano de 1976, según el cual debía pasar a ser una zona verde, ya que sus terrenos fueron recalificados. Desde la plataforma, eso sí, han denunciado que el espacio de 'La Baronda' también tenía esta calificación y fue recalificado sin problema para convertirlo en un edificio municipal para el alquiler a empresas privadas.
El comunicado subraya que el Ayuntamiento de Esplugues tenía la obligación de cuidar el patrimonio histórico y no lo hizo. “El Barco no debía ser derribado. El Ayuntamiento ha defendido su demolición por ser considerado zona verde, pero ha hecho excepciones con otros edificios dentro del mismo plan”, argumentan. La Plataforma exige una explicación sobre por qué otros proyectos han recibido recalificaciones sin problemas.
Entre las denuncias más graves, la Plataforma critica que los operarios no utilizaron cascos durante el proceso, lo que sugieren que la situación no era tan peligrosa como se argumentó. Además, han añadido que “los objetos personales de los vecinos fueron arrojados por las ventanas durante más de un mes, generando un ruido ensordecedor”. Asímismo, han denunciado que la falta de medidas adecuadas de seguridad, como el riesgo del polvo generado durante la demolición, llevó a que nubes de polvo entraran en las viviendas cercanas, afectando la salud de los vecinos.
UN GASTO EXCESIVO
Así mismo, han denunciado que el coste de la expropiación y demolición del edificio asciende a casi seis millones de euros, un gasto que la Plataforma considera excesivo. “Con esta cantidad, se podría haber rehabilitado el edificio y evitado el sufrimiento de las familias”, reclaman. En cuanto a las soluciones habitacionales, critican que muchas familias todavía están en hoteles o han sido desplazadas a barrios lejanos, lejos de sus lugares de trabajo y escuelas.
Finalmente, la Plataforma ha agradecido a quienes han mostrado apoyo a los vecinos afectados “Gracias a la colaboración de muchos, hemos podido movilizarnos por nuestros derechos. Nuestro caso es solo el inicio de una lucha más amplia contra las injusticias que se están cometiendo en Esplugues”, aseguran. La asociación se compromete a seguir luchando por la memoria del edificio y las familias afectadas, subrayando que “derribar El Barco no significa acabar con su historia ni con la lucha por los derechos de los vecinos”.
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