La problemática se remonta a finales de 2018 cuando la promotora PAHUER PRAT S.L., inicia unas obras de nueva construcción, descritas como “edificio plurifamiliar de 4 viviendas” en una parcela ubicada entre edificios y que llevaba 60 años siendo un solar. Estas obras se inician coincidiendo con la llegada al cargo de Teniente Alcalde de Urbanismo, de la Sra. Alba Bou Jordà. Durante los primeros días de la obra, ya empezamos a sufrir lo que se convertiría en una pesadilla para todos los vecinos más próximos a la nueva construcción. Observando que la obra no cumplía con la normativa básica en cuanto a seguridad, riesgos laborales, praxis constructiva y el promotor procedía a la demolición de varias estructuras de los edificios vecinos sin ningún tipo de aviso ni permiso, decidimos solicitar previo pago a urbanismo, una copia del proyecto visado para supervisar que la construcción se ajustaba al proyecto y a la licencia otorgada.
A lo largo de las intermitentes obras llevadas a cabo por las 2 diferentes constructoras, contabilizamos al menos 5 batallones diferentes de obreros, de múltiples nacionalidades, algunos de ellos ni hablaban castellano y no parecía que tuviesen demasiada experiencia en el campo de la construcción. Probablemente incluso algunos se encontraban en situación irregular. Pero urbanismo y guardia urbana harían la vista gorda...
Derribaron la pared pluvial del edificio contiguo número 43-47 sin aplicar posteriormente ningún tipo de aislamiento de poliuretano, destinado a la impermeabilización e insonorización de las paredes.
También recortaron parcialmente los cimientos de la finca ubicada en el número 39. Posteriormente y gracias al expediente de obra solicitado, pudimos comprobar que la construcción de las paredes medianeras, una vez levantadas, tampoco coincidían con la descripción del proyecto y a la vez no cumplían la normativa en materia anti-incendio al no haber instalado las placas de lana mineral de 4cm descritas en el proyecto con la finalidad de dar cumplimiento a la citada normativa y establecer un grueso total de 19cm, (como describe el proyecto). A medida que levantaban las paredes medianeras, los pilares de estructura metálica y los forjados de las plantas, observábamos incrédulos que tales elementos apoyaban y tenían contacto directo con las paredes de las fincas colindantes. Este hecho ha provocado considerables grietas y daños en las paredes vecinas durante el proceso de asentamiento del nuevo edificio, además de los molestos e intensos ruidos o vibraciones que provienen de la nueva obra, y por supuesto, como apartado más preocupante, el incumplimiento de la resistencia al fuego EI120 en caso de incendio y su propagación.
Recortaron intencionadamente y dieron alcance también a la parte final de la chimenea de la misma finca ubicada en el número 39, que además era de fibrocemento y tenía un alto contenido de amianto, verificado por una empresa especializada, lo cuál inmediatamente nos hizo pensar que se habían excedido en la altura máxima de construcción permitida y regulada por el PGM (Plan General Metropolitano).
Este daño producido en la chimenea comportó además una agresión a un vecino por parte del supuesto jefe de obra al pedirle explicaciones de porqué habían dañado la chimenea sin ningún tipo de aviso ni permiso siendo además de un material considerado peligroso. La respuesta fue una agresión que fue denunciada y que el mismo agresor reconoció ante el juez, aunque tal personaje que a la vez como decimos desempeñaba la función de “jefe de obra” se desentendió de los daños ocasionados en la chimenea diciendo que “no sabía quién había efectuado el corte”. Efectivamente también se procedió a la denuncia de tales hechos a urbanismo pero ni tuvieron en cuenta el amianto, ni la denuncia sobre la altura, ni evidentemente sobre la agresión, es más, en una de las reuniones con el Jefe de licencias, el Sr. Juan Pau Hdez. nos argumentó que el departamento no disponía de servicio de topografía para comprobar la altura máxima del edificio. Aspecto que, posteriormente y con casi 2 años de retraso, el mismo departamento comprobó y ha fue motivo principal de la paralización de las obras.
La altura máxima excedida inequívocamente responde entre otros hechos, a la intención de dar un uso habitable a una 3ª planta descrita como NO habitable en el proyecto y que se corroboraría con el resto aspectos detectados, como la instalación de aires acondicionados, altillos y apertura de ventanas en esa misma planta NO habitable. La descomunal altura de 5 metros de esta planta dividida en dos espacios, convierte los pisos de la 2ª planta en dos aparentemente fantásticos duplex con terrazas independientes.
También se han hechos cambios respecto a la escalera comunitaria que es de construcción metálica y que en cambio en el proyecto se describe como de obra y hormigón, (a efectos transmisión de resonancias y ruidos, es un cambio sumamente significativo).
A todo esto, estuvieron prácticamente un año desde el inicio de la construcción sin la correspondiente luz provisional de obra con lo que se utilizaba un pequeño generador que causaba molestias durante todo el día, incluso lo utilizaban fuera de los horarios permitidos por normativa. Era habitual despertarse mucho antes de las 8 de la mañana con el ruido del viejo y molesto generador.
El punto de inflexión para todos los vecinos se produjo a principios de 2019 cuando una vez finalizado el esqueleto y los forjados de las plantas, la obra estuvo parada durante al menos 2 meses por las diferentes quejas y reclamaciones presentadas vía instancias al departamento de urbanismo, que ya advertían de los numerosos incidentes, irregularidades y poca profesionalidad del promotor y la constructora.
Fue durante un episodio de intensas lluvias, las cuales produjeron una considerable acumulación de agua en el forjado de la planta superior y debido a la demolición de la pared pluvial del edificio colindante, causó la filtración y anegación completa de un piso con todos los muebles y paredes dañados y la interrupción del suministro eléctrico durante 4 días por peligro de cortocircuito eléctrico. Los bomberos y la guardia urbana tuvieron que acudir al siniestro. Hubo 2 pisos más que también sufrieron considerables filtraciones de agua. La obra entonces se paraliza durante unos meses más y se cambia de la constructora (CONSTRUCCIONES ORTIZ), responsable hasta aquel entonces de las obras y destrozos, a la que dará continuidad a la chapuza constructiva de esas obras, (CONSDIPROM).
Todos estos incidentes, situaciones irregulares e incongruencias respecto al proyecto se iban reportando al departamento de urbanismo a través de multitud de instancias (+de 20), reuniones con los principales responsables técnicos y políticos pero nunca tuvimos la sensación de que estuvieran interesados en darnos una solución, saber realmente lo que estaba pasando, cómo lo estaban haciendo y tomar cartas en el asunto.
Un dato muy relevante que empezó tomar fuerza, era que existía una relación de parentesco directo entre la Promotora de las obras, (PAHUER PRAT S.L.) y la Tt. Alcalde de Urbanismo, la Sra. Alba Bou Jordà (que se incorpora en 2019 al frente del dpto.). Cabe destacar que la promotora casualmente se constituye poco antes incorporación de la Sra. Bou al frente de urbanismo con lo que todo empezaba a tener un cierto sentido y explicación. Recibimos en 4 ocasiones, la visita de los diferentes técnicos actores a la obra en cuestión y quiero destacar que en ninguna ocasión tomaron medidas o realizaron comprobación alguna, más allá de hacer el "paripé". También nos reunimos al menos en 5 ocasiones con responsables del departamento, en primer término con la arquitecta Municipal (Belén Delgado), el Jefe de licencias (Joan Pau Hdez.), el Director de Urbanismo (Fernando Domínguez) y con la máxima responsable política de urbanismo (Alba Bou Jordà) que llegó a decirnos “que el sentido común en urbanismo no funciona” en respuesta nuestras exigencias respecto a que lo único que tenía que hacer era aplicar el sentido común a nuestras reivindicaciones...aunque a decir verdad y teniendo en cuenta su escaso conocimiento en el área de urbanismo y mucho menos moral, su respuesta la delataba.
También se atrevió con la comparativa de que ella también había sufrido muchos problemas y molestias a raíz de unas obras vecinas a su domicilio...
La última reunión y definitiva fue con el que sería el relevo de la Sra. Alba Bou, el Sr. Juán Pedro Pérez que curiosamente la sustituye a mediados de 2019 y por supuesto también carece de cualquier tipo de conocimiento en el área de urbanismo. A partir de ese momento la Sra. Bou vinculada familiarmente con la promotora se desentiende “literalmente” de toda la problemática y le pasa el marrón al recién llegado al cargo. Los vecinos seguíamos haciendo fuerza para que se revisaran todas las irregularidades denunciadas hasta el punto que en Julio de 2020 la misma arquitecta que defendía incomprensiblemente que todo estaba correcto y cumplía la normativa urbanística, admite “algunas” de las irregularidades que veníamos denunciando y firma un informe donde se acredita un exceso de altura (TIPIFICADO COMO GRAVE), la apertura de ventanas no descritas en proyecto e instalación ilegal de aparatos de aire acondicionado en la planta no habitable, entre otras.
Curiosamente esta arquitecta municipal deja de trabajar de manera repentina en urbanismo después de su larga trayectoria en el departamento...probablemente su informe no fue del agrado de algunos de los actores principales e intereses de la Sra. Bou.
A partir de ese momento cada vez toma mas fuerza la idea de que la Sra. Alba Bou ejerce algún tipo de influencia sobre todo el departamento de urbanismo e incluso sobre la policía local para defender los intereses del familiar. En cuanto a este último apunte, vale la pena mencionar que cuando la Sra. Alba Bou abandona el el dpto. de urbanismo pasa a ser Teninete de Alcalde de Gobierno y Calidad democrática además de Regidora de la Policía Local. En diversas ocasiones tuvimos que llamar a los “Mossos” para que actuaran porque la guardia urbana, si acudía, mayoritariamente era para decirnos que no podían hacer nada al respecto y que eso había que solucionarlo con urbanismo.
Las obras se paralizan definitivamente a finales de 2020 y se obliga por decreto a la demolición de la cubierta de hormigón a dos aguas por exceso de altura. El promotor no hace nada, hasta que casualmente la Sra. Alba Bou regresa como Tte. Al. de urbanismo y sustituye de nuevo al “novato”. Es en ese periodo de tiempo cuando el promotor aprovecha la vuelta de la familiar para solicitar la licencia para llevar a cabo, el técnicamente complicado y costoso derribo de la cubierta de hormigón de más de 70m2 y 20 cm. de espesor.
La Sra. Bou entonces firma un comunicado en el que finalmente admite su vinculación familiar con la promotora, se abstiene en la votación para otorgar la licencia de derribo para evitar suspicacias e intentar lavar su imagen y traspasa su responsabilidad en el voto como máxima responsable de urbanismo en la figura del alcalde Luis Mijoler.
El promotor no ejecuta las obras de derribo aún teniendo la licencia otorgada y vence el plazo para llevarlas a cabo. La obra sigue paralizada y fuera de normativa a día de hoy con muchas irregularidades pendientes de corregir y algunas todavía por reconocer o comprobar.
En noviembre de 2021 los vecinos afectados ya habíamos presentado varias denuncias ante la fiscalía y al juzgado de guardia del Prat de Llobregat. El juzgado la admite y actualmente está investigando con el resultado de que ha llevado a la mayoría de implicados de la trama, tanto responsables políticos como técnicos y funcionarios, a declarar ante el juez de instrucción nº2 del Prat hace muy pocos días. Todos ellos han mantenido siempre una actitud soberbia y prepotente, que lejos de solucionar los problemas de los vecinos, han dado cobertura a una promotora y a unas obras muy deficientes que como se ha demostrado, están fuera de normativa urbanística.
Esperemos que la justicia cargue contra este tipo de conductas lamentables y prácticas delictivas que esta clase de políticos y funcionarios llevan a cabo con total impunidad y que desgraciadamente la gente no denuncia, sea por falta de tiempo, miedo a represalias, desconocimiento, falta de recursos o lo que es peor, desánimo. Llegar hasta hasta este punto ha supuesto un desgaste considerable para los vecinos en muchos aspectos pero estamos seguros de que servirá para que no se vuelva a repetir y se depuren responsabilidades.
Es por eso que animamos a todos los que puedan ser conocedores de este tipo de conductas o estén sufriendo algún tipo de problemática similar, las hagan públicas y las pongan en conocimiento del juzgado de guardia correspondiente o presenten una denuncia a fiscalía anticorrupción. Es la única manera de luchar contra el modus operandi corporativista, corrupto y parece ser, instalado particularmente en el ayuntamiento del Prat de Llobregat.
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