Unas Navidades solidarias, con una pausa de los problemas

Dicen que después de la tormenta viene la calma. Tormenta hemos tenido y seguiremos teniendo aún durante bastantes meses más. No obstante, es bueno para la salud física y mental, hacer una pausa: tomar aire, reflexionar, vivir los buenos acontecimientos con intensidad, coger después una buena  carrerilla y afrontar el futuro inmediato con la energía suficiente para hacer frente a los problemas y las adversidades que se nos vienen encima, aunque uno no tenga la culpa y pague las consecuencias.

“La Navidad nos da la oportunidad de hacer una pausa y reflexionar sobre las cosas importantes que nos rodean - un momento en que podemos mirar hacia atrás en el año que ha pasado y prepararse para el próximo año”. Eso decía el exprimer ministro inglés David Cameron. Aunque él no tuviera la visión de hacer una pausa, reflexionar y dejar en el Támesis su propuesta de referéndum con la salida de su país de la Unión Europea, el llamado Brexit. Un error que, aunque“grande”, lo tiene más de un gobernante.

Llegan las fiestas navideñas que cada uno celebra según sus creencias, pero algo sí tienen en común todos: las personas se reúnen entorno a una mesa, con familiares, amigos, o incluso con desconocidos que coinciden en un restaurante. Estos días sirven para dejar aparcado, o hacer un paréntesis en la situación que se está viviendo en la política y en las instituciones. Situación grave generada por algunas de sus señorías del Tribunal Constitucional que, aprovechándose de su mayoría, dos de ellos con mandato caducado, se han votado a sí mismos para seguir en el cargo y poder “meter mano” a las decisiones votadas en el Congreso de los Diputados. Una decisión sin precedentes que resulta altamente preocupante. ¿Por qué? ¿Quién los controla a ellos? ¿Son seres superiores poseedores de la verdad? ¿Los diputados elegidos por el pueblo no sirven de nada? Eso es al menos lo que están demostrando. Una imagen muy penosa que ahonda más en la desconfianza que la ciudadanía tiene hacia ellos. Además  que pone en peligro la democracia en España. Decía el expresidente Adolfo Suárez que “yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España”.

Pero como hay un paréntesis por estas fiestas, que todos están esperando, es bueno que las personas se lo pasen bien, que disfruten de estos días de fiesta, que coman, beban con moderación, que sonrían, y que no se olviden tampoco de esas personas que no tienen casi nada o nada para poder disfrutar de estas fechas tan significativas. La solidaridad no es una palabra hueca, significa la demostración de que el ser humano es capaz de ayudar a aquellas otras  personas que lo necesitan. No es caridad, es la demostración de los sentimientos hacia aquellos que lo necesitan. Eso no debe ser un hecho puntual, sino una actitud que dure todo el año. Decía el Papa Francisco que “os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano”.