“Por San Isidro labrador se va el nublado y viene el sol”, es uno de los refranes populares que se conocen sobre el patrón de Madrid, que lo es también de los campesinos y el campo. Tal y como está el panorama con la escasez de lluvia que deja ver los pantanos en sus mínimos, con el miedo a los cortes del suministro, quizás lo que tocaría pedirle al Santo es que se vaya el sol, vuelvan las nubes, descargue agua, y así despejar la angustia que está viviendo también el campo español donde las cosechas están siendo abatidas por las altas temperaturas, sin poder ser aliviadas con las lluvias caídas del cielo al que todos miran esperando que haga acto de presencia y nos acompañe durante bastantes días para cumplir con el cometido que el agua tiene para todos.
Con la mirada puesta en el cielo, los pies en la tierra y los políticos en plena campaña electoral, la festividad del patrón de Madrid está sirviendo de escenario perfecto para hacer campaña directa con la gente, que han aprovechado la ocasión para sacar del armario y lucir los trajes típicos. Las mujeres con su vestido chiné y ellos tocados con la parpusa: las chulapas y los chulapos como se les conoce popularmente. Para no desentonar, algunas políticas se han enfundado el traje de chulapa, han salido a pasear por la famosa Pradera de San Isidro, a hablar con la gente y demostrar la cercanía que tienen con el pueblo. Así se ve cómo celebran y comparten con ellos la tradicional fiesta que cada año disfrutan los madrileños homenajeando al Santo y disfrutando de los productos gastronómicos típicos de la fecha. No hay mejor escenario para una campaña electoral con tanta concurrencia de público. Eso sí, dependiendo de quienes pasean igual a algún candidato/a se les puede atragantar las famosas rosquillas de San Isidro, todo un regalo para el paladar.
Las políticas no han tenido reparos en ponerse el traje típico, con todos los complementos necesarios, mientras los hombres, con ponerse un chaleco, un clavel rojo en la solapa y colocarse en la cabeza la típica gorra Pichi, o conocida también como gorra castiza, lo tienen todo solucionando - el traje no lo suelen poner…-. Sería demasiado para ellos por eso del sentido del ridículo que suelen tener muy acentuado en las vestimentas. Todos los que han pasado por la Pradera han aguantado: unos los aplausos, otros los insultos y los terceros la indiferencia y la sonrisa intencionada. Se esperaba la presencia del líder del PP Alberto Núñez Feijóo, que quizás no se veía con la gorra Pichi, ni el clavel rojo que representa el chulapo, y con la excusa de la campaña ha preferido desplazarse a Euskadi para apoyar a sus colegas de allí que buena falta le hace.
San Isidro, fiesta en la comunidad, ha sido aprovechado para visitar los restaurantes y degustar en ellos los callos a la madrileña, la gallinejas y entresijos, o quizás, un cocido madrileño, aunque con el calor no se si es muy recomendable. Para algunos, la jornada no se termina sin acudir a las Ventas para presenciar la tradicional corrida de toros y disfrutar de los toreros del momento.
Este año, la festividad del Santo está siendo más que nunca política, la campaña electoral está presente en los principales actos de la jornada. Quizás el Santo se enfade por la utilización de su festividad y mande una semana de lluvias. No estaría nada mal y ayudaría al campo cuyas tierras se encuentran excesivamente secas...
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