Los fondos de Celsa quieren crear un único grupo que unifique toda la empresa
Simultáneamente, se están planificando modificaciones en el equipo directivo
Los recién asumidos propietarios de Celsa están tomando medidas decisivas para enderezar el rumbo del gigante siderúrgico. Los fondos acreedores, liderados por entidades como Deutsche Bank, SVP, Anchorage y Cross Ocean, han descubierto un déficit de 600 millones de euros al ingresar a la compañía, en forma de salvedades en la sociedad que engloba todo el negocio en España.
Estas salvedades habían sido previamente señaladas por el auditor EY en ejercicios anteriores. Simultáneamente, se están preparando para llevar a cabo una reestructuración societaria y cambios en la alta dirección, según informaron fuentes del mercado.
La sociedad Barna Steel Group, que consolidaba el negocio de Celsa en España, presentó cuentas anuales con salvedades, instando a realizar ajustes contables por 567,7 millones de euros. EY, en su informe de auditoría, recomendó la aplicación de un menoscabo en los activos por impuestos diferidos del grupo, entre otras correcciones contables.
La familia Rubiralta, antiguos dueños de Celsa hasta diciembre, había rechazado estos ajustes durante los últimos tres años. La situación actual deja el patrimonio neto de la sociedad casi a cero, lo que podría llevarla a una causa de disolución, ya que es inferior a la mitad del capital social.
En diciembre, los fondos acreedores finalizaron un prolongado conflicto con los Rubiralta por el control de Celsa, ejecutando una sentencia que obligaba a convertir la deuda en capital. Este plan implicó asumir una quita de 1.291 millones, convirtiendo parte de la deuda en acciones de la empresa.
La inyección de capital permitirá a los nuevos propietarios abordar las salvedades contables y cerrar las cuentas de 2023 sin objeciones. Además, se ha descubierto un préstamo de 500 millones con sociedades de la familia Rubiralta, cuya recuperación se complica debido a su reciente declaración de concurso de acreedores.
En cuanto a la reestructuración societaria, los nuevos accionistas planean consolidar todo el negocio de Celsa en un solo grupo. Fusionarán Barna Steel Group con IPO Wire Holding, propietaria del negocio internacional de Celsa. La consultora Bain está elaborando un plan estratégico, que incluirá la posible desinversión en negocios en Reino Unido, Polonia y Noruega.
Paralelamente, se están gestando cambios en la cúpula directiva, con Rafael Villaseca como presidente del consejo de administración, Jordi Cazorla como CEO y Javier Lázaro como director financiero.
La firma también contempla una reestructuración en su primera línea de dirección, enfocándose en los directivos vinculados a cláusulas de blindaje que les permitían cobrar indemnizaciones millonarias en caso de cambio de control, las cuales fueron anuladas por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona durante 18 meses.
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