El exiliado , que se le ha convencido para que deje paso a otro candidato, ha puesto la condición, -una manzana envenenada- de elegir a Jordi Sánchez como su sucesor, a sabiendas que está en prisión.
Los personalismos, que en el fondo ocultan un interés para asegurase privilegios, sueldos, y notoriedad, no dejan avanzar las negociaciones.
Pujol, el mago de la política catalana durante tantos años solía decir, en privado, que la cuerda con el Estado había que tensarla, pero nunca romperla
Puigdemont, aparte de jugar sucio con ERC, miente al afirmar que las elecciones catalanas las han ganado los independentistas.
A los que han prendido la mayoría de los fuegos, por acción o negligencia, mi profundo desprecio y, sobre todo, la exigencia de que la ley endurezca las penas contra los terroristas.
Hoy, el purgante elegido por Puigdemont ha sido muy similar al que se tomaban nuestros abuelos, que costaba entonces 30 céntimos de peseta -¡una verdadera fortuna!- y que tenía unos efectos laxantes casi inmediatos.
La gente está perdida en los mares turbulentos en los que se ha convertido la política catalana.Cada día, sin la dirección del norte, sucede un capítulo nuevo, a cual de ellos más desafortunados.