¿HEMOS TOCADO YA FONDO?

Escribo desde Barcelona. Me he pasado la tarde-noche del domingo hablando con familiares y amigos en la Galicia donde nací, compartiendo su angustia y sobre todo la rabia de que, una vez más, el fuego ha vuelto a quemar nuestros montes.

Y esta vez ha asesinado a nuestra gente mayor, que es la que queda en las aldeas y sigue transitando por corredoiras donde un incendio convierte en ratonera la huida en una frágil furgoneta, o en muerte segura el intento de un paisano de salvar los animales que cuida todos los días.

Estoy seguro de que la lluvia que siempre viene del Atlántico volverá a tapar el fuego que no hayan conseguido sofocar los paisanos, los bomberos, los voluntarios y los aviones, que siguen siendo nuestros héroes anónimos cada año, sin que ningún Gobierno sea capaz de encontrar la tecla que desactive tanto desastre y tanto dolor.

El fuego, esta vez, también se ha ido hacia Asturias y hasta ha atravesado el Padre Miño quemando Portugal, un país hermano ya de por sí bastante perseguido por esta desgracia criminal en este agorero 2017.

Ahora toca contener la rabia, ayudar a la gente, pero de verdad: no acompañándoles en el sentimiento, sino pagándole entre todos los gobiernos sus pérdidas y devolviéndoles a la normalidad, porque no hay que ser muy listo para suponer que corrían peligro y que se sabía.

A los que han prendido la mayoría de los fuegos, por acción o negligencia, mi profundo desprecio y, sobre todo, la exigencia de que la ley endurezca las penas contra los terroristas condenados y exija también responsabilidades a los gestores públicos, que siempre se van de rositas sin que nadie dimita o se explique en los tribunales.

Así no podemos seguir. Para los dos dirigentes de Podemos a los que les gusta escribir en Twitter sobre nuestras desgracias, los mal nacidos Echenique y Dante Fachin, mi deseo de que encabecen las listas por Galicia en las próximas elecciones para que puedan percibir con claridad lo que pensamos los gallegos de su privilegiado pensamiento.

Me parece bien que Mariano Rajoy se vaya a Galicia tras conocer la respuesta a la gallega del insufrible Puigdemont. A ver si reflexiona por el camino y de paso encuentra la velocidad de crucero que ha perdido en la gobernanza del Estado por el bien de sus conciudadanos.

Arden Galicia y Asturias. Catalunya se recalienta en las calles mientras en la Generalitat se ríen de todos nosotros buscando convertir este hermoso lugar en un nuevo Ulster. ¡Quién puede pedir más!

Y yo, que como tanta gente amo la paz y defiendo la libertad de mis semejantes, me pregunto: ¿Hemos tocado ya fondo?

Artículo publicado originalmente en Catalunyapress.