Collbató rechaza el proyecto de ampliación de la A-2
El alcalde y el equipo de gobierno de la localidad se han reunido con sus vecinos y han acordado en criticar el plan "unilateral" presentado por Fomento.
Pese a la necesidad de la ampliación del proyecto de ampliación de la A-2 a su paso por Collbató, el equipo de gobierno municipal, lo tiene claro: no lo quieren. No lo quieren tal y como ha planteado el Ministerio de Fomento que dice no haber contado para nada con el ayuntamiento, ser poco transparente e incluso perjudicial tal y cómo se ha presentado.
El alcalde del municipio, Miquel Solà; el primer teniente de alcalde y concejal de Movilidad, Josep Estradé, y la segunda teniente de alcalde, M. Teresa Casanovas, presentaron la información de que disponían del tramo a su paso por el término municipal de Collbató, integrado dentro del proyecto de ampliación de la autovía desde Igualada a Martorell que está diseñando el Ministerio de Fomento.
El proyecto contempla un cambio de trazado para suavizar la curva, la ampliación del sentido Barcelona por tener tres carriles y modificaciones en los accesos a la población, que se reducirán y que dificultarán la movilidad en las vías de servicio. El cambio en el trazado y la ampliación de la vía pueden conllevar importantes afectaciones en las fincas situadas más cerca de la A-2.
Miquel Solà denunció la "falta de transparencia" del Ministerio de Fomento, que, según el cosnistorio, sólo ha facilitado un informe inicial de la memoria ambiental que no presenta en detalle el trazado de Collbató. El alcalde también explicó que el organismo del Gobierno central no ha consultado en ningún momento el territorio y que no hacen caso a las alternativas que puede haber en esta ampliación, como el rescate de los peajes de la autopista AP-2 . "Ante este proyecto decidido de manera unilateral, innecesario y con grandes costes, tanto de inversión como de afectación a las personas que viven, el Ayuntamiento -concluyó Solà está totalmente en contra".
El interés es tan grande que al acto acudieron no sólo vecinos de Collbató, sinó trambién de El Bruc que llenaron el 11 de mayo el Casinet para conocer las repercusiones del proyecto de ampliación de la autovía A-2, a su paso por Collbató y apoyaron las críticas vertidas por el alcalde.
Miquel Solà, precisamente dijo haber organizado este encuentro con sus conciudadanos "ante la falta de lealtad institucional, el ayuntamiento debe defender los intereses de los vecinos". Solà destacó que "la voluntad del ayuntamiento es ir a máximos y conseguir complicidades con otros ayuntamientos y con los vecinos; no queremos negociar si se debe hacer una salida más, sino conseguir que no se apruebe el proyecto".
Respecto a las acciones que se llevarán a cabo a partir de ahora, Josep Estradé explicó que "el lunes (14 de mayo) haremos una consulta con los servicios jurídicos, para establecer una estrategia, normalmente estos proyectos se tumban por defectos de forma". El concejal también incidió en la necesidad de buscar complicidades en todos los niveles: "Daremos conocimiento de la situación políticamente, para crear todos los frentes unidos que sea necesario: político, vecinal y asociativo".
El alcalde destacó que, aunque la obra finalmente no se haga por su coste, "si el proyecto queda aprobado, las afectaciones se producen, así que el objetivo es que no se apruebe". Solà anunció que ya están en contacto con diputados del Congreso para "ir de la mano y hacer fuerza". A partir de ahora, dijo, se prevé buscar asesoramiento jurídico y urbanístico para diseñar la mejor estrategia posible.
LOS DETALLES
Para entrar en los detalles, fue el concejal de Movilidad, Josep Estradé, quien explicó las afectaciones que ya se conocen, subrayando que "la información que ha recibido Collbató ha sido mínima y que todavía pueden haber cambios en el proyecto final".
Así, explicó que, en sentido Lleida, habrá una gran rotonda en el lateral de la A-2 a la altura de Can Llates, para distribuir el tráfico de la autovía a la población y también de incorporación al 'A-2, que hará inviable la circulación continuada por la vía de servicio. Esto, ha afirmado, supone que la salida del Bonpreu desaparecerá y no se podrá acceder directamente al túnel a Cabo Dalmases desde el lateral, para que esta infraestructura quedará demasiado cerca de la A-2 y no se podrá trazar una curva de acceso al túnel. Los vehículos que quieran acceder deberán dirigirse a través de las calles adyacentes de la villa.
En sentido Barcelona, Estradé explicó que el acceso a la vía de servicio se situará dos kilómetros antes, entre El Bruc y Collbató. Los vehículos que quieran ir a la gasolinera se encontrarán que deberán atravesar el municipio siguiendo la vía de servicio, sin posibilidad de reincorporarse a la A-2 hasta llegar al polígono de Las Ginesteres, que deberán bordear hasta encontrar una rotonda que les permitirá acceder finalmente a la autovía.
En cuanto a las edificaciones, Estradé indicó que, si se aplica la ley de carreteras, que contempla una afectación de 50 metros a cada lado de la vía, "el resultado puede ser dramático". Teniendo en cuenta que, a ambos lados de la vía, hay un tejido urbano ya consolidado, podría pasar que se acepte una afectación más estrecha pero, sea cual sea la decisión, en las zonas afectadas no se darán licencias para hacer casas nuevas y también se podrían denegar las licencias para la realización de obras mayores.
El teniente de alcalde y concejal de Movilidad ofreció información sobre las pantallas acústicas que se pretenden situar, que podrían ser unos muros de más de 4 metros de altura. Como el municipio hace subida en dirección a Montserrat, dijo que, a una determinada distancia, estas medidas serían insuficientes. Además, explicó que, aunque en algunas zonas podrían mitigar el ruido, "las zonas más tranquilas, como Casco Antiguo, Hostal Viejo y Ensanche podrían verse perjudicadas por un incremento del nivel sonoro".
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