El ayuntamiento de Esplugues, contra las terrazas
La Unió de Botiguers del municipio se ha mostrado contraria a la nueva normativa que obliga a cerrar una hora antes las terrazas lo que les deja en una desventaja competitiva frente a Barcelona y el nuevo centro comercial.
El ayuntamiento de Esplugues de Llobregat parece estar decidido a combatir las terrazas sin medir mucho las consecuencias que puede tenir no sólo para los bares y restaurantes de la localidad sino también otros comerciantes que pueden salir afectados.
La reforma ha empezado hace años y medio y desde entonces se han sucedido las polémicas. Y es que en un primer momento el consistorio quería regular el color de los toldos e incluso el material de sillas y mesas para todos los establecimientos con terraza. Pero lo peaor ha sido la nueva regulación de los horarios.
Según ha contado a este diario el presidente de la Unió de Botiguers d'Esplugues, Ivan Salvador, "quieren reducir una hora el horario de terrazas y además cobrar una tasa nocturna para aquellos locales que dejan el materia fuera". Todo ello, medidas que suponen un gasto añadido.
La tasa nocturna es por la ocupación de la vía pública, aseguran, claro que por la madrugada la circulación de transeuntes es mucho menor, por lo que el impacto es muy reducido. Y los políticos siguen apostando por mantener esa propuesta.
Pero lo más preocupante es el recorte de una hora de terraza, entre semana las terrazas deberán cerrarse a las 23 horas y los fines de semana a las 24 horas. Algo que "nos resta competitividad no sólo con Barcelona sino también en comparación con los municipios de alrededor" que pueden cerrar más tarde.
Salvador recuerda que, además, supone una "desventaja competitiva" respecto al nuevo centro comercial Finestrelles que está a punto de abrir en Esplugues y que seguramente podrá cerrar más tarde al tratarse de suelo privado, lo que supondrá una amenaza para todos los comerciantes.
POLÍTICOS
Desde la Unió de Botiguers se ha intentado hablar con los políticos y explicarles la situación, que si uno cierra una hora antes es todo un servicio que pierde de ingresos y que en ocasiones, a esas horas de la noche, puede suponer una pérdida del 30% de la caja actual.
El presidente de la asociación es consciente que algunos vecinos se han quejado pero "el que se nos presentó en el pleno del jueves 19 de julio se quejaba porque un vecino provocaba disturbios a las 3 de la madrugada", cuando las terrazas llevan dos horas cerradas. "Es responsabilidad de la Policía Local procurar el descanso de los vecinos fuera de nuestro horario de apertura", subraya Salvador, "fuera de ese horas el restaurador no es responsable de las molestias que puedan causar los vecinos, sino de la Policía. "Igual hace falta más de una patrulla nocturna de Policía Local para garantizar el sueño de los vecinos", deja caer antes de afirmar con rotundidad que "creemos que se usa a las terrazas y se las criminaliza para ocultar la falta de gestión del ayuntamiento ante esta problemática ".
Pero Salvador no sólo culpa a los vecinos incívicos. "Somos conscientes que hay bares que han incumplido la normativa, tres o cuatro, y a esos se les ha de aplicar las sanciones oportunas, pero siguen abiertos, y eso es responsabilidad del ayuntamiento", no culpa del resto de restauradores que cumplen con lo que fija el consistorio, sino del consistorio que no actúa con más fuerza ante las malas prácticas.
Es por eso que los miembros de la Unió de Botiguers se presentaron en el pleno municipal del 19 de julio con una recogida de firmas de restauradores y comerciantes porque recuerdan que si los restaurantes cierran antes "¿qué pasará con las heladerías cuando los clientes vayan a buscar el postre y se la encuentren cerrada?", hay consecuencias y pérdidas para los negocios de todo tipo. Pero ante las explicaciones ofrecidas por los restauradores, ahora "el ayuntamiento nos pide que les entreguemos un estudio de pérdidas que puede suponer la ley de terrazas, pero sin haberlo hecho ellos antes", denuncia Salvador.
La indignación no ha hecho más que crecer entre los comercios que disponen de terraza para sus clientes "han delegado el trabajo y los estudios que deberían haber hecho ellos, en nosotros" y por eso ellos exigen del consistorio que, al menos, "revisen cuántas denuncias de las presentadas por los ciudadanos son ciertas" y cuáles son fruto de vecinos que no quieren un bar debajo de su caso o por otras causas.
Así las cosas, los comerciantes se encuentran lejos de callar ante los que para muchos es un ataque y un riesgo para sus negocios. El próximo 25 de julio han convocado ya una reunión en un bar cerca del CAP de Can Vidalet entre comerciantes a la que también asistiran miembros de la Secretaría de Restauradores del Baix Llobregat.
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