Las reuniones entre el presidente del gobierno y el líder de la oposición siempre levantan expectación por los temas que van a abordar en las mismas, las discrepancias sobre determinados temas que algunos llaman ideológicos y las posibilidades de llegar a acuerdos en determinadas materias que son estratégicas para el país. Ahí, los acuerdos deberían estar por encima de las diferencias políticas. Lo que ocurre es que en España no hay tradición de pactos. Habría que hacer un fuerzo por parte de todos para llegar a consensos en los grandes temas de Estado.
Este jueves, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez recibía en el palacio de la Moncloa al nuevo presidente del PP, Pablo Casado, en lo que ha sido su presentación oficial y de paso hablar de las cuestiones que le preocupa al líder popular. En este primer encuentro considerado de cordial, ha quedado claramente reflejada la “nueva “política del PP, que no ha cogido de sorpresa a nadie porque a lo largo de estos días, Casado ha ido soltando perlas que no dejan dudas del giro a la derecha aznariana que ha tomado el partido de la calle Génova.
No le va a temblar la mano en estas y otras medidas “disuasorias”... Es más, le ha advertido a Sánchez que no ceda al chantaje, porque los tendrán en frente.
Otros de los temas que ha planteado el popular es el fortalecimiento institucional en todos los ámbitos. Reforma de la Ley electoral. Bajadas de impuestos, que eso queda muy bien, y unos cuantas cuestiones más. Le ha marcado el terreno de juego en el que quiere jugar y las reglas a las que no está dispuesto a renunciar. Claro, rotundo, intransigente y dispuesto a todo para recuperar los votos perdido estos últimos años y sumar votos de la derecha que se ha venido sintiendo huérfana.
A Casado le interesa mostrar, con un lenguaje duro, que con él las cosas van a ser diferentes. Los consejos de su padre político, Aznar, está dispuesto a llevarlos a la práctica.: nuevos tiempos, viejas prácticas ¿Renovación? Habrá que seguir de cerca los acontecimientos.
El presidente popular es un buen orador, tiene buena imagen, transmite seguridad y decisión, elementos importantes en política. Se vende muy bien, no hay duda.
Esto no es una maratón, es una carrera corta que todos quieren ganar y colgarse la medalla de oro.
La reunión ha dejado claro, aunque sea en secreto, la postura de PP en determinados temas y hasta donde están dispuestos a llegar. Solo habrá que calificarla de postureo por ambas partes, algo que está de moda hace ya algún tiempo.
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