No es nuevo que la gente quiera cambiar de país, incluso de continente para mejorar sus condiciones profesionales o personales. La necesidad, la aventura forman parte de esas decisiones. Otra cosa bien distinta son los cientos de personas que llegan en pateras a España, Italia -ahora mucha menos por el gobierno actual- y Grecia, huyendo de las guerras o de la miseria de sus respectivos países. No es una opción voluntaria, es la pura necesidad que les empujan a ello, en unas condiciones inhumanas.
De estas situaciones se aprovechan los desaprensivos que hacen negocio con las desgracias de estas personas que para ellos solo son mercancías que le producen pingües beneficios. Tienen las manos manchadas de sangre, no les importa. Se las lavan con productos caros pagados con el dinero “robado” a los cientos de inmigrantes. Es la cruda realidad de estas personas que se juegan sus vidas, muchos la pierden en el trayecto hacia lo que ellos consideran la tierra prometida que es para ellos Europa. Un continente de dos velocidades ¿quizás tres?
El problema no es de España, es un problema de Europa, al que tiene que hacer frente. ¿Que sucedería si España mirara para otro lado y dejaran pasar a todos los que llegan? La mayoría de ellos, no quieren quedarse en España, pretenden llegar a otros países como Alemania, Francia, Suecia, Suiza, Gran Bretaña, etc., donde les han explicado que hay más oportunidades de trabajo y se vive mejor.
No es un tema nuevo, sino que viene de lejos. ¿Por qué en tantos años se ha hecho tan poco? ¿Es que la vida de estas personas vale menos que las de los europeos? Parece que es así. La sociedad no puede seguir permitiendo que la situación continúe. Lo mismo que se no se puede consentir que se haga política sucia con este tema. No es ético, es inmoral.
¿Por qué llegan ahora más personas a España, por la frontera marroquí? Sencillamente, porque el país vecino quiere más dinero de Europa para controlar la inmigración. El pasado año, recibió 40 millones de euros. La cifra les parece insuficiente. Por eso, en la actualidad, las autoridades marroquíes son más “permisivas” con el paso de las personas. Cuando llegue el maná económico que le han prometido, Rabat cambiará de opinión y de nuevo se producirá un mayor control, seguro .
La reunión del presidente del Gobierno Pedro Sánchez con la canciller alemana, Angela Merkel, para hablar del problema de la inmigración, es significativa, no sabemos si para bien o para mal. Lo veremos en poco tiempo. Conocedora ahora de la auténtica realidad y del drama humano que están viviendo los inmigrantes, ¿serán capaces de llevar el tema a la Comisión Europea y plantear distintas soluciones que mitiguen el drama humano? ¿Habrá que ser optimistas y pensar que esto pueda suceder.
Nadie puede quedarse impasible sobre el drama humano que están viviendo cientos de miles de personas. En la gran vergüenza de Europa.
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