Un verano de suciedad e incivismo en Viladecans

FOTO: @EvhVico

La limpieza de las calles de Viladecans están indignando cada vez más a los vecinos. Pese a que las críticas a los ayuntamientos nunca cesan, este verano está siendo especialmente relevante el descuido que se puede observar en diversos puntos del municipio y las denuncias a través de las redes sociales está siendo continua.

No se trata de barrios concretos sino que la suciedad es generalizada y se intensifica cuando caen tormentas de verano. Pero cuando sale sol y aprieta el calor las calles siguen igual. Cuando no son la caida de las hojas de los árboles que crean una alfombra en las aceras de la localidad, son los restos de comida, latas y botellas que se encuentran en parques y contenedores que además llegan a desprender fuertes y molestos olores para los vecinos y transeuntes.

El ayuntamiento ha tratado de salir al paso de tantas críticas alegando que en otoño van a intensificar una campaña contra el incivismo en las calles, pero eso no soluciona los problemas presentes.

A los famosos, costosos y nuevos bancos rojos en el Pla dels Màrtirs del Setge algunos vecinos ya le han encontrado una nueva función, la de lugar donde ocultar el incivismo de algunas personas que los usan como zona de picnic, dejan todos los restos en el suelo pero que además el ayuntamiento tarde días en recoger.

Lo mismo sucede en el caso de los muebles. Muchos vecinos en tránsito de Viladecans o incluso de mudanzas utilizan aceras y contenedores para dejar los muebles que pueden llegarb a permanecer donde los dejan incluso una semana sin que nadie los pase a recoger.

La responsabilidad es compartida con los vecinos incívicos y el ayuntamiento pero es este último el que tiene la responsabilidad de actuar ante estos hechos y permitir a los habitantes del municipio que hacen un uso apropiado del espacio que puedan disfrutar de sus paseos y sus calles con total tranquilidad sin tener que esquivar los distintos obstáculos provocados por la suciedad ni evitar ciertas zonas para no tener que sufrir determinados olores.

Algunos vecinos ya llegan a desconfiar de que cuando acabe el verano estos problemas se acaben solventando y muestran su preocupación por el hecho de que aún quedan dos semanas de agosto en las que la situación puede ir a peor.