Los socorristas de las playas de la AMB denuncian su situación laboral
La CGT ha denunciado en Inspección de Trabajo las nuevas sillas de vigilancia "por no cumplir la Ley de prevención de riesgos laborales, ni tampoco garantiza la seguridad de los bañistas".
FOTO: Ajuntament de Barcelona
Los socorristas de las playas están cada vez más hartos de sus condiciones laborales. Primero fue los nuevos cursos para acreditar su formación y poder ejercer como profesionales homolgados, llevan años sin un convenio colectivo propio y con una sillas de vigilancia que dejan mucho que desear.
Ahora, este colectivo está haciendo fuerza no sólo para tener un convenio propio y que ser regularice su situación laboral, sino que también reclaman unas sillas de vigilancia que sirvan tanto para garantizar la seguridad de los bañistas como la protección de la salud de los trabajadores.
Representantes de la CGT han denunciado que las sillas de vigilancia actuales "tienen más de 30 años de antigüedad, están totalmente anticuadas" y los sistemas de vigilancia y seguridad en el mar han evolucionado mucho.
El pasado mes de julio, se hizo una presentación del nuevo prototipo de este tipo de sillas que se iban a usar para las playas de Barcelona y toda su área metropolitana y ha causado mucho descontento. La CGT ha denunciado en Inspección de Trabajo este nuevo modelo "por no cumplir la Ley de prevención de riesgos laborales, ni tampoco garantiza la seguridad de los bañistas" aseguran. Según ha afirmado el sindicato, los socorristas ni siquiera han tenido la oportunidad de participar en su elaboración, "desaprovechándose los muchos años de experiencia que podrían haber aportado mejoras sustanciales".
En diversas reuniones y escritos los trabajadores del servicio de salvamento y socorrismo de Barcelona le han propuesto al ayuntamiento de Barcelona y el AMB (Àrea Metropolitana de Barcelona) participar en la realización de las mejoras necesarias para tener un puesto de trabajo que sirva para cumplir sus funciones con eficacia.
La CGT subraya que "las sillas de socorrismo no se pueden diseñar exclusivamente por personas que realizan sus funciones detrás de un ordenador, se tiene que contar con los trabajadores" y lo que se ha hecho ha sido presentar un prototipo que, insisten, "no cumple los mínimos requisitos exigibles para las playas de Barcelona".
El sindicato admite que el nuevo prototipo presentado por la AMB es más moderno, pero no mejora sustancialmente las prestaciones de las actuales: "tiene una altura insuficiente, se aleja la ubicación de la orilla de la playa (los parasoles de los bañistas impiden la visibilidad), en la posición cerrada para protegerse de los cambios climáticos no hay ventilación y se generan altas temperaturas en su interior" siguen desde la CGT. También indica que se tienen que anclar en una base de concreto de 5000 kilogramos enterrada en la arena "lo que hace muy difícil la movilidad de la torre" dependiendo de la orografía de la playa de cada momento y los requisitos de vigilancia según la etapa de la temporada.
PROBLEMAS DE SALUD
En cuanto a la salud de los socorristas, critican que "no se utilizan materiales que eliminen las radiaciones ultravioletas adecuadamente, las cabinas no se cierran cuando no hay servicio" y por lo tanto están accesibles para cualquier persona siendo conflictivo especialmente por la noche y con el consiguiente riesgo biológico (orina, vómitos, etc) para los trabajadores y tampoco se especifica si son seguras en caso de tormenta eléctrica.
Uno de los problemas que encuentran los socorristas es la amalgama administrativa que han de seguir para acceder a un interlocutor porque el ayuntamiento de Barcelona licita el servicio de salvamento y socorrismo de las playas de la ciudad de Barcelona, la empresa UTE Salvamar: Eulen S.A.- Aunar Group 2009 S.L es quien contrata a los trabajadores, pero hay servicios en las playas como las sillas de los socorristas que las gestiona el Àrea Metropolitana de Barcelona En total con son tres entes que participan en el mismo servicio y parece que todos ellos derivan las responsabilidades en los otros. Esta situación provoca una indefensión total en los trabajadores para actuar hasta en temas tan serios como es la prevención de riesgos laborales y la seguridad de los bañistas.
La CGT concluye que "realmente no hay interés en conseguir una torre de vigilancia útil, sino mostrar una imagen nueva, pero no mejorar sus prestaciones ni en seguridad ni en salud".
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