El presupuesto del gobierno de Pedro Sánchez le está sirviendo a Pablo Iglesias de excusa perfecta para levantar cabeza, políticamente hablando. Quiere demostrar que él es un gran hombre de gobierno, sin gobierno, que es capaz de reunirse con los políticos, con el PNV y con quien haga falta para echarle un cable al gobierno socialista, aunque éste lo desautorice públicamente. Iglesias no se rinde, es su momento de gloria y no lo quiere desaprovechar. Es toda una campaña de de marketing gratuita para lavar su imagen y sacar pecho delante de de sus militantes, votantes y público en general. Es el cambio de estrategia del hombre de la coleta.
Pablo Iglesias, que no hace tanto tiempo sufrió el varapalo de la compra de una vivienda más propia de los "capitalistas" tanto había criticado, y no de un líder surgido del 15M. Este suceso estuvo a punto de costarle su carrera política. La moción de censura y su apoyo al candidato Sánchez le ha supuesto una buena bombona de oxígeno. Le está sacando rédito de lo lindo, eso al menos cree él. No obstante se olvida de unas cuantas cosas que no está teniendo en cuenta y que no es precisamente peccata minuta.
Por mucho que Iglesias saque pecho de su partido, Podemos, ¿de verdad tiene partido? En Andalucía, no controla la plaza. Allí la que manda es Teresa Rodriguez y se hace lo que ella quiere. En Catalunya, con la espantá de Domènech y la elección del nuevo líder, le salió el tiro por la culata, al no ser elegido la persona que él había propuesto, sino la oposición. En Galicia, Carolina Bescansa quiere liderar Podemos y es muy posible que lo consiga. La secretaria de organización está hecha unos zorros. Echenique, más que organizar, desorganiza. Lo tiene todo manga por hombros. No sirve nada más que para dar órdenes. Carece de empatía con su gente. No sabe mandar y mucho menos organizar. Su estrategia es como la de Cañita Brava.
A todo esto hay que añadirle también el malestar que se ha generado dentro de la militancia, por la actitud de Pablo Iglesias que va por libre. Ellos se enteran por los medios de comunicación de lo que hace o dice su líder. No consulta a las bases las decisiones tan importantes que está tomando.
Después está si a los votantes de Podemos les parece bien todos los actos propagandistas que el líder de la formación morada está realizando: entrevista con Junqueras en la cárcel, conversación telefónica con Puigdemont , y más que probable entrevista en persona en Bruselas, charla con el lendakari Iñigo Urkullu para que aprueben los presupuestos, y de paso hablar de otros temas. ¿Está haciendo de presidente en la sombra, o de emisario por designación propia? En una tourné publicitaria.
El gobierno ha negado que Iglesias vaya a esas entrevistas, reuniones o como se las quiera llamar, como representante del gobierno, pero el líder podemita ha puesto la directa y sigue su propio libro de rutas que no es otro que obtener un beneficio propio. Se cree el gran líder, elegido para conseguir lo imposible, pero cuando no llegue lo prometido añadirá que al menos lo ha intentado. "Quien solo vive para sí, está muerto para los demás", decía el escritor romano Publio Siro, hace ya muchos siglos y aun sigue vigente esta afirmación, hay cosas que ni los siglos cambian.
El gobierno de Pedro Sánchez, en el tema de los presupuestos y algunos más lo está haciendo rematadamente mal, no se puede dejar comer el terreno.
El PSOE parece que está aletargado o con las manos atadas por su líder. ¿Eso es bueno? Más bien no.
Con este panorama, al presidente del gobierno solo le quedan dos salidas: prórroga de presupuesto o convocatoria de elecciones.
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