Casi 60 años sin invertir en alumbrado público en la zona de Albarrosa de Viladecans
Las farolas del barrio de Viladecans son de los años 60 y la falta de inversión ha llevado al consistorio a improvisar soluciones sin dedicar una partida presupuestaria a arreglarlo.
La dejadez del barrio de Albarrosa por parte del ayuntamiento de Viladecans es un tema recurrente, reiterativo y veraz. Los vecinos de este histórico barrio surgido en los años 50 como zona residencial han visto como, con el paso del tiempo, sus calles se quedaban en el pasado.
Descuido de la vegetación, cableado eléctrico externo, aceras no aptas para las personas con movilidad reducida... es parte de la lista de reclamaciones que los vecinos de esta zona de Viladecans lleva años denunciando. Los cortes de luz del alumbrado público, además, también son la tónica habitual, con el añadido de la falta de seguridad que conlleva.
Según varias fuentes, desde hace mucho tiempo no se le ha dedicado una partida presupuestaria para arreglar el cableado del alumbrado de la zona de Albarrosa que tienen las mismas farolas de hace casi 60 años, como admite las personas conocedoras del tema. Arreglar el cableado, que se desgasta, parece que no es una prioridad del ayuntamiento, lo que obliga a realizar apaños, chapuzas, para tratar de solventar el problema.
La última localizada ha sido ver como a algunas farolas del barrio de la Albarrosa le sale un cable externo, en forma de cordon umbilical, que las engancha directamente al cableado eléctrico de los postes de madera. Eso sí, los han cubiertos con un plástico, un material nada rasgable. Todo ello bien amarrado con unas bridas que cualquier incívico puede cortar, junto con el plástico protector, dejando el cable volar a sus anchas, más el riesgo de que alguien pueda sufrir un accidente.
Es la única manera, parece, que encuentran desde el ayuntamiento para asegurar el alumbrado público para un barrio que sigue sin contar mucho en los presupuestos del ayuntamiento de Viladecans. Muy lejos han quedado los años en los que la zona de Albarrosa era lugar de segunda residencia de la gente pudiente de Barcelona, muy cerca han quedado esos años 50 en cuanto al mantenimiento de las calles.
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