​La tormenta electoral

La campaña electoral para elegir candidato o candidatos a Presidente del Gobierno del Reino de España discurre sin demasiados sofocos, salvo los que protagonizan aquellos o aquellas que simulan piscinazos futboleros cuando flaquea el rival directo o éste comete algún exceso oratorio que puede considerarse ofensivo.

Por lo demás, unos y otros actúan en la derecha con frenesí porque las encuestas no les valen, o con parsimonia si hablamos en clave socialista, porque, en este caso, se trata de ganar escaños en las provincias más modestas donde la desidia de Ferraz ha perdido tradicionalmente muchos escaños ante un PP que sabe jugar muy bien en ese campo electoral. Veremos en qué acaba esta encarnizada pelea que no es de menor cuantía.

A Podemos le agobia tanto esta campaña que ha sacado a su líder Pablo Iglesias a escena rodeado de cientos de deudos que, como los querubines de la derecha hicieron antes en su concentración en la Plaza de Colón, han viajado a Madrid desde toda España en autobuses fletados para tan "magna" concentración. Solo falta ver si además hubo bocadillos o se lo compró cada viajero con su propio estipendio.

Hasta Pablo Iglesias tuvo que reconocer en público las equivocaciones cometidas por los suyos, poniendo a caer de un burro a empresarios, banqueros, periodistas y supongo que clero, como verdaderos "putos amos" de ese negocio llamado España al que también, dijo, quiere gobernar desde la Moncloa. Al "Papa Morado" se le olvidó flagelarse por el escándalo de su casoplón que por razones económicas le está vedado a la mayoría de los contribuyentes. Tampoco habló al referirse a los periodistas de las llamadas faltonas y amenazantes de alguna de sus jefas de prensa a los mass media, por ejemplo los nuestros, cuando las noticias publicadas, no les gustan o afectan a su líder por mucho que todos sepamos lo que es la libertad de expresión.

En fin, que todo discurre como se esperaba. Los independentistas a lo suyo, con un Torra perdido en las desobediencias a la Junta Electoral que los de Ciudadanos aprovechan reiteradamente hasta el escarnio como única doctrina electoral, ya que su no a Sánchez se les está volviendo en contra en las moquetas que financian al partido naranja, ya que lo más lógico cuando acaben las votaciones es que de éstas salga un gobierno PSOE-Ciudadanos con PNV en papel de Gran auditor u otro menos contundente PSOE-Podemos más PNV con el silencio independentista que nada gusta a la economia, a los bancos y hasta el resto de las Cancellerias europeas, y que, de momento,los podemitas se lo miran relamiéndose los labios, mientras a Pablo Casado se le acaban los argumentos para que el tripartito andaluz sea el camino a seguir para que "los socialistas no hundan la nave patria" en el océano independentista.

Una frase final para resumir la campaña: "Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes". Esa cita la escribió en los años veinte del siglo pasado el poeta libanés Khalil Gibran, quien murió demasiado joven en Nueva York, tenía 48 años, sin poder comprobar que su canto a la esperanza se nos ocurre que hoy tiene entre nosotros plena vigencia, especialmente entre los que mantenemos la fe en la política aun que ésta no esté precisamente representada por sus líderes más brillantes.

'La tormenta electoral' se ha publicado originalmente en catalunyapress.es.